LOS PROLETO-ROBOTS ( de Federico Krutwig)

Se ha cumplido el centenario del nacimiento de Federico Krutwig Sagredo (1921-1998) , uno de los pensadores más protéicos de la reciente historia del País Vasco y se han celebrado al respecto diferentes actos , siendo el último por ahora el capítulo dedicado en el reciente Ekonomialari Euskaldunen II. Biltzarra ( II Congreso de Economistas Euskaldunes )en el que he participado en una mesa redonda, junto a Baleren Bakaikoa y Oskar Arantzabal.

Para continuar la deriva de mis últimas investigaciones, he desarrollado la figura del «proleto-robot « ,propuesta por Krutwig en relación a la revolución cibernética tal como se planteaba en su obra Computer Shock Vasconia 2001 ( 1984).

El «proleto-robot» es un ser humano al que se le ha incrustado un chip en su cerebro para ordenar su conducta , fundamentalmente productiva, y que, como consecuencia de la Revolución Cibernética, sería una nueva forma de proletariado que , como nueva clase social en-sí, sería dirigida por un conjunto de sabios – los triophthálmicos– según el diseño tradicionalmente elitista de Krutwig.

Sin entrar en mayores profundidades, he defendido que esta figura se ha actualizado en la vertiente laboral del zoon elektronikón, nueva forma de socialización surgida como consecuencia de la Revolución Cibernética que se inició en 1990 con la apertura de la www ,que durante la pandemia del COVID-19 se ha sublimado en el Metaverso propuesto por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y que cumple la profecía anunciada en la célebre película de David Fincher titulada La Red Social (2010) : “We lived on farms, and then we lived in cities, and now we´ re going to live in the Internet”.

Ha surgido así un cibertariado ( Huws, U. 2001) que , en esta nueva era de la globalización, puede trabajar digitalmente desde cualquier lugar del planeta siempre que tenga cobertura, durante veinticuatro horas a lo largo de los siete días de la semana – tal y como argumenta J. Crary en su libro 24/7. El capitalismo al asalto del sueño -, alcanzando cotas de «productividad» antes inconcebibles y en unas condiciones laborales muy desiguales.

Por lo tanto, es muy posible que se haya cumplido la previsión del a menudo sorprendente a fuer de contradictorio , pero siempre adelantado Federico Krutwig, si bien la perspectiva de hibridación física que planteaba en Computer Shock Vasconia 2001 en 1984 – y que podría todavía ilustrarse viendo la clásica Metrópolis, (1927)de Fritz Lang – se ha convertido en 2021 en una hibridación psico -social por medio de las terminales electrónicas que tanto facilitan la vida cotidiana, el comercio, la diversión…y el tele-trabajo… ¿Volviéndonos proleto-robots ?…

EL AMOR DE AHORA (de Ernesto del Río, revisited)

He acudido a la sesión correspondiente del ciclo «Cine y ciudad», programado por la delegación vizcaína del COAVN y que tan excelentemente coordina Eneko Lorente.

Se proyectaba El amor de ahora, un film de Ernesto del Río, estrenado en 1987, que versa sobre un joven matrimonio ( Arantxa y Pello) de exilados en el sur de Francia que decide abandonar definitivamente la lucha armada (¿ de ETA p-m?) y regresar al País Vasco, donde comprueban la dificultad de dejar atrás un pasado tan reciente y problemático así en su vida personal como profesional.

La película, apoyada en la producción por la mano generosa de Pilar Miró y por un incipiente Gobierno Vasco, se sostiene por la mirada directa a fuer de triste de Klara Badiola (Arantxa), tras la que circula la sombra de Patxi Bisquert (Pello), y las actuaciones, breves pero estelares, de Asunción Balaguer y el siempre llorado Alex Angulo.

En conjunto es un buen testimonio de los años ochenta del siglo pasado, unos años de durísima transición en el País Vasco y en la organización ETA que vive un proceso de continuas escisiones entre , fundamentalmente, los partidarios de continuar con las acciones armadas y quienes habían optado ya por una alternativa política institucional: la muerte a tiros de Dolores González Catarain – Yoyes- en 1986 ,ex-dirigente etarra acusada de traición, es una buena muestra de todo ello.

Y sin embargo, y como se puso de relieve en el coloquio posterior, El amor de ahora , que gozó en su momento del reconocimiento de cierta crítica y del pataleo físico y metafísico de orillas contrapuestas, sería a estas alturas de 2021, una producción imposible, sobre todo por un aspecto ahora de gran relieve y entonces inexistente y que es el paradigma de «la víctima».

Pues en aquellos años, siendo las víctimas de las acciones armadas miembros de los diferentes cuerpos de policía o del ejército español, sus muertes se integraban en la normalidad de una guerra no declarada que se catartizaba en el interior de los cuarteles ( como el dirigido por el coronel Enrique González Galindo) o de los gobiernos civiles, algo que se mantuvo hasta que, precisamente a finales de los ochenta y principios de los noventa, las víctimas comenzaron a ser miembros de la clase política.

Por supuesto, siempre habrá quienes tengan suficiente con la experiencia personal de aquellos tiempos, o quienes quieran cambiar el orden de las cosas y aplicar conceptos con carácter retrógrado para alimentar su ideología y su práctica socio-política, pero no contribuirán a esclarecer nada de lo ocurrido y, por lo tanto, a comprender el presente…Y en este sentido, y una vez más, a pesar de sus limitaciones, El amor de ahora , es un film digno de verse pasados estos treinta y cinco años. De verse y de comentarlo, recuperando aquella antigua contumbre de los cine-clubs…

ACORDEÓN ( un viaje de la mano de Aingeru Berguices)

El otoño es el tiempo de recogida de los frutos del año y también el anuncio del próximo recogimiento invernal.Y como fruto no del año sino de muchos años ha venido a ver la luz una obra singular tanto por su contenido como por las perspectivas que a partir de ella se abren.

Se trata de Inicio y éxito del acordeón en Euskal Herria: el baile de La Casilla de Bilbao, cuna de su expansión (1880-1923) de Aingeru Berguices Jausoro (Bilbao, 1957) ,publicado por la editorial Pamiela con la colaboración de Bizi-Hitza Fundazioa.

El libro se hace eco de lo fundamental de una tesis doctoral presentada en 2016 en la que el autor, maestro organero y etnomusicólogo de largo recorrido, da cuenta de los avatares de un instrumento muy presente en la vida social de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El estudio está centrado en Bilbao y alterna aspectos técnicos con un amplia contextualizaci´ón histórica que ubica su utilización en el ámbito de los bailes populares.

Más allá del documentado depliegue de datos, la tesis defiende la pertinencia de tener en cuenta un aspecto tan particular como lo musical- y en este caso concreto el uso de un determinado instrumento – en la mutación de los paradigmas de socialización, sobre todo en épocas de grandes transformaciones urbanas y socio-económicas como las del periodo que se analiza.

En este sentido, la investigación que muestra la obra abre asimismo una pauta metodólogica que sin duda tendrá posteriores derivas , pero que ya se ha constituido en sí misma en un clásico para los próximos cien años, como ha afirmado el catedrático de Historia Contemporánea y prologista, Joseba Aguirreazkuenaga.

Pues , al fin y al cabo, y como comentaba aquel ampurdanés universal que fue Josep Pla, “En el clos d´ una cultura, hi ha una missió obscura però indispensable: continuar». Y nada mejor para continuar que sumergirse en esta obra, profusamente ilustrada, y editada con el primor que suele ser habitual en la editorial Pamiela.

ANTONIO (ESCOHOTADO)

«¿ Y a ti, qué filósofo te gusta más?». «Nietzsche, sin lugar a dudas».»Ya, pero ,¿ no es mejor enfrentarse a un Hegel?».

Preguntaba Antonio Escohotado y respondía yo , los dos en voz baja, mientras paseábamos arriba y abajo haciendo la guardia de un exámen de la UNED.

Este primer diálogo, casi una declaración de principios, transcurría a finales de los años ochenta (del siglo pasado) cuando yo era profesor- tutor de una asignatura de la que él era responsable, una «Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales» – y cuyo grueso manual, se decía, lo había escrito en Ibiza, en un solo mes, y ayudado por unas cuantas pastillitas de colores.

Pasaron los años, y nuestro vínculo continuó vigente gracias a aquella asignatura , de modo que fuimos coincidiendo en numerosos Congresos y Jornadas , a los que siempre acudía con una Corte de seguidores y seguidoras.

Poco a poco, y en la medida en que yo iba abandonando mi estructuralismo genealogista – eran tiempos en los que reinaba Michel Foucault- y entré en una fase de escepticismo con tendencias místicas, pude ya entablar un diálogo de tú a tú, siempre respetuoso y en ocasiones divertido, en el que Antonio insistía una y otra vez en el buen manejo de sustancias diversas para la supervivencia en la vida cotidiana y en el despliegue intelectual, y yo, tímidamente apostaba por las endorfinas y otros neurotransmisores autogestionados. Todavía puedo oírle aquello de «Pero, bueno, Peli, ¿para qué tanto esfuerzo sobre el zafú y en el control de la respiración, si puedes obtener los mismos resultados en una par de minutos con una de estas pastillas?

Lo probó todo, o casi todo, y de ello dejó una buena crónica en su Historia general de las drogas (1989) , sin olvidar un a modo de manual de uso que se tituló Aprendiendo de las drogas (1995). Pero , en el camino, fue dejando obras estelares que abrieron nuevos surcos en el pensamiento contemporáneo, siendo una buena muestra de ello El espíritu de la comedia, Premio Anagrama de Ensayo en 1992 o su monumental monografía Los enemigos del comercio. Una historia moral de la propiedad (2008-2014).

Hoy, 21 de noviembre, ha fallecido a los 80 años, y más allá de sus libros y de su siempre polémica figura, resuena en mi cabeza aquella su primera pregunta: » ¿ No es mejor enfrentarse a un Hegel?». Y, por ahí ando, intentando detectar al Hegel omnipotente de hogaño…

P.C.E. ( 100 años del)

Para los colegas entre quienes me movía allá por 1978, fue una sorpresa mayúscula que el Partido Comunista de España aceptara la monarquía como forma de gobierno – y más la del entonces «pelele» y hoy Rey (de)emérito Juan Carlos- y su correspondiente enseña nacional- española, por supuesto.

Y sin embargo, en la larga historia de este partido, ya desde 1956 se había abierto una corriente mayoritaria que propugnaba una «política de reconciliación nacional» en la que la contradicción entre Monarquía y República, heredada del principio de siglo, había sido sustituida por la de Dictadura o Democracia.

Una larga historia, sí, que comenzó en noviembre de 1921, hace cien años, y que encandiló a quienes , obreros y campesinos, veían en la URSS un auténtico estado socialista , modelo del futuro comunismo y alternativa al nazismo en ciernes, así como el esplendor de unas vanguardias, como la que representaba el cineasta Serguéi Eisenstein – aquel El acorazado Potemkin (1925) visto una y otra vez – que sedujo , por ejemplo, a los poetas Rafael Alberti o Federico García Lorca.

Una larga historia en la que el PCE sufrió también los avatares de los cambios de dirección de la III Internacional, desde la formación de los frentes populares hasta la persecución interna de cualquier disidencia, como ocurrió con las tendencias trotskistas o los casos más conocidos de Fernando Claudín o Jorge Semprún, y en los que tuvo mucho que ver la figura de Dolores Ibárruri, más conocida como «La Pasionaria».

Curiosamente, y tras este largo periplo, hoy en día el PCE forma parte del Gobierno de España, y su vicepresidenta, Yolanda Díaz parece haber asumido un programa radicalmente socialdemócrata. Nicolás Sartorius, uno de los fundadores de Comisiones Obreras y dos veces vicesecretario general del PCE, ha comentado en un reciente artículo conmemorativo que el camino del futuro de esta organización pasa por no abrir el debate sobre la forma de gobierno, por no favorecer las tendencias hacia la autodeterminación, por no criticar en exceso la Unión Europea y, por fin, por no rechazar de plano el capitalismo , pues «con el capitalismo no se acaba, no se le derroca ni se hunde, sino que se le supera si es para algo mejor…»

Y, yo, con mis colegas de antaño, camaradas que entre nosotros y nosotras nos llamábamos, me quedo a la expectativa, contemplando a tantas generaciones de militantes que sufrieron la tortura, la cárcel y el exilio, y meditando acerca de las recomendaciones de Sartorius y sobre todo sobre su carácter maximalista…negativo… ¡100 años del Partido Comunista de España!

SPORT (¿o SPQR?)

Como ya me he dado cuenta de que insistir en perspectivas apocalípticas desliza a mi exquisito lectorado hacia la comedia más que a la tragedia, y sin que sirva de precedente, merendé ayer jueves con Koldo, psiquiatra anti-psiquiatra , adscrito en otros tiempos a  la Txori-Herri Medical Association y otro de los habituales de la Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes.

La merienda, informal pero bien surtida como corresponde a dos VHVMMS (Varón Heterosexual Vasco Monógamo Moderadamente Sucesivo) tuvo por objeto intelectual dilucidar a la luz de su especialidad con el concurso de la mía el fenómeno de los maratones multitudinarios que tanto proliferan en estas tierras y en allende Despeñaperrros, y que se cobran de vez cuando alguna que otra víctima, tal que la tradicional Behobia-San Sebastián que suma ya cuatro, con la reciente muerte de un corredor veinteañero.

Koldo, entre choricillo va y copa de Bikandi ( un tinto ecológico recien descubierto) viene, adujo que el fenómeno aludido, de procedencia indudablemente yankee – «como esa turbamulta que acude a los gimnasios hasta extenuarse en la vigorexia» añadió – tan sólo es una manifestación más de una carrera , nunca mejor dicho, «en la que el Ideal del Yo y el Yo Ideal entran en un duro combate, bajo el amparo de un Super-Yo que en su siempre condición linguística no cesa de atizar con mantra-consignas el cerebro reptiliano hasta la consumación somática » (sic). (Lo del «sic» no es para menos y para que conste por si algún lector ( o lectora, of course) quiere y puede hacer alguna aclaración: yo ahí lo dejo.

Pero otro sí que retomé la tenida y le recordé a mi amigo , una vez más, aquella frase imperial de Ernst Jünger en su nunca siempre bien leída El Trabajador (1932) y que definía al deporte como «una nueva forma de trabajo» , muy alejada del fair play aristocrático que todavía se puede vislumbrar en Metrópolis, el film de Fritz Lang de antaño (1927) que tanto anticipó el hogaño. Y cómo,con la Democracia y la democratización, el deporte en general, y los de masas en particular, se han convertido en expresiones colectivas en las que se combina muy bien el narcisismo competitivo que nos informa y su necesaria socialización indiscriminada…¡Buf!¡Ya se me había ido la pinza otra vez!

Pero Koldo había entrado en ese fase que todos los miembros y miembras de la Junta bien conocemos y en la que nunca atisbamos a saber si ya está completamente borracho o ha alcanzado en su sonoro silencio la beatitud…Si bien, de pronto, abrió los ojos y con sus dedos pringosos escribió en una servilleta de papel : SPQR….Senatus Populusque Romanus?

UNA HABITACIÓN PROPIA ( o Eulalia de Abaitua por Ainhoa Urgoitia)

En el contexto de la 63 edición del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao – ZINEBI– se ha proyectado «Norberaren gela»( «Una habitación propia») dirigida por Ainhoa Urgoitia y Enrique Rey, y que versa sobre la figura de Eulalia de Abaitua y Allende-Salazar  (1857-1943), la primera fotógrafa vasca de la que se tiene noticia.

El documental recoge hábilmente algunos aspectos de la vida de Abaitua, y los articula en derivas hacia mujeres que en la actualidad se dedican a la fotografía, como Elssie Ansareo, Erika Barahona o Maied Urrutia . Y además lo hace entre sombras y fundidos que facilitan el propósito dialéctico que anima el proyecto, sobre todo en la medida en que las implicaciones son diferentes y hasta contrapuestas, aunque en algunas de ellas se manifieste con un narcisismo radical la evocación de la «habitaci´ón propia» que Virginia Woolf reclamó en su momento.

Pero acaso lo más revelador de la puesta en escena, es la afirmación que hace la biógrafa de Eulalia Abaitua , Maite Jiménez Ochoa de Alda ,al constatar que, más allá de sus fotografías, la fotógrafa vizcaína no dejó testimonio escrito alguno , ni una carta , ni una simple nota, como si hubiera querido hablar tan solo a través de sus imágenes y desconfiara de la palabra, y acaso más de la palabra de una mujer en aquellos tiempo azarosos de cambio de siglo y de grandes transformaciones sociales.

Un cambio de siglo sobre el que Abaitua aportó una evidencia muda y sin embargo muy expresiva , y aún más en la medida en que se dedicó, desde su posición de burguesa ilustrada, a documentar el mundo tradicional que ya estaba desapareciendo.

Un film , en fin, evocador, bien armado y mejor dirigido, que además de constituir una propuesta artística por mor de su forma, será sin duda un buen estímulo para la reflexión en el futuro.

EL FIN DEL MUNDO(¿inmundo?)

Según una reciente investigación que ha aportado Marta, otra de las habituales de La Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes, cuando el Sol esté llegando a su fin y se convierta en gigante roja, dentro de unos 5.000 millones de años, Mercurio , Venus y posiblemente la Tierra se destruirán.

Ante una previsión como esta, y a pesar de la rápida respuesta de «largo me lo fiáis» es difícil resistirse a la sensación apocalíptica de percibir que , hagamos lo que hagamos los seres humanos , todo se va resolver al cabo en la eternidad del polvo de estrellas: «Seres de un día»  nos llamó Píndaro y también «sueño de una sombra».

Y, por otro lado, y aunque esa sensación surja en el contexto de una cronología que apenas si tiene sentido para evaluar la vida en la Tierra, como afirmaba Stephen W. Hawking en su célebre libro Historia del tiempo, la perspectiva apuntada devuelve la mirada hacia una cronología corta, apenas acaso la de la generación de nuestros descendientes y , como no, hacia la inmediatez de la duración de cada día, de cada hora, de cada segundo…

Y entre estos penútimos mimbres emerge el futuro que les espera a hijos e hijas , a nietos y nietas, y al cuidado del legado que van a recibir. Y con los últimos a la vivencia p`lena de cada momento, en la armonía lograda, no dada de antemano, con los iguales que nos vienen acompañando desde la infancia hasta la vejez y que han marcado la deriva particular de cada uno y de cada una , individual y colectivamente

Aunque , para hacer justica, y como me ha recordado la sudodicha Marta, que para eso vive de la Filosofía, todo esto ya lo anunció con voz tronante y sin tener evidencias científicas, tan solo revestido de la fuerza de la lógica y de la ambición de las palabras, aquel martillo pensante que fue Friedrich Nietzsche, cuando escribió en su libro Sobre verdad y mentira en sentido extramoral aquello de: «En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer».

Any way, fiel a su reciente tendencia a la copa corta más que al trago largo, la profa, tras la cita, ha soltado un «Sin más», en consonancia con la expresividad post-moderna de su alumnado.

De todo lo cual doy fe ante diem XVI Kalendas Dec. Anno DCCXX ad Bilbao urbe condita…Por si acaso…

NUCLEAR (¿ de entrada no?)

Durante los largos años en los que me dediqué a la gestión universitaria, tuve en mi despacho un poster en el que en torno a un sol sonriente lucía el lema «Peli nuklearik, ez».

Yo señalaba este cartelillo en primer instancia cuando alguno (o alguna, of course) de mis colegas llegaba con algún proyecto hiperbólico carente de fondo y forma – y sobre todo de financiación. Si este a modo de koan retrógrado no producía el efecto requerido, sacaba del primer cajón de mi mesa una pistola de agua – sin agua- de plástico verde y, si esta segunda instancia no resultaba operativa, me levantaba de mi silla giratoria- entonces no las había ergonómicas- haciendo el amago de desenvainar una katana de dura goma negra colgada en una pared contigua que, en tercera instancia, solía resultar definitiva.

Viene todo esto , y con perdón, a que aquel poster era una remedo resiliente de la campaña antinuclear que se desarrolló in illo tempore en todo Europa y particularmente en estos lares, como recordarán, si les dan las neuronas, quienes ya viven en la alopecia o pintan canas.

Otro sí, identificarse con el movimiento antinuclear entre los años setenta y ochenta del siglo pasado era una marca de fábrica en el ámbito de la izquierda ideológica que apuntaba ya a un ecologismo compatible con nuevas derivas colectivas como el internacionalismo o el el feminismo.

El movimiento antinuclear fue muy potente y más allá de numerosas manifestaciones, marchas, sentadas y proclamas tuvo su lado terrible en el contexto de las acciones armadas de la época, por ejemplo en la muerte del militante de ETA David Álvarez y del ingeniero José María Ryan de la Central Nuclear de Lemóniz.

Hoy en día todo parece haber cambiado, pues la crisis energética que se ha hecho evidente tras la económica de 2008 y la pandémica de 2019 , ha puesto contra las cuerdas las perspectivas de nuevas fuentes de energía a corto plazo en el contexto de una gran crisis ambiental…Y ha resucitado, como por ensalmo, la opción nuclear.

Puede ser que este sea otro caso para tener la oportunidad del reconocimiento de un error – no de arrepentimiento, por favor- y que consecuentemente se acepte entrar en el debate sin unas orejeras ideológicas tan burdas como las de entonces.

Hablar nunca está de más , y menos si se trata de un diálogo social que afecta a la vida cotidiana de la familia, el municipio y el sindicato ( y el empresariato), como es la cuestión energética.

Pero, por eso mismo, tampoco se trata de asumir acríticamente la alternativa nuclear, por mucho que se plantee como la opción única e irrevocable a que apunta la sintaxis de la ola informativa que nos invade al respecto y que se presenta como una semántica que todavía no quiere significar mucho, por si acaso.

Así que, y sin que sirva de precedente , que desgraciadamente lo hay, nucleares de entrada no, pero…

OTEIZA-CHILLIDA ( de la mano de Javier González de Durana)

Lo que parecía imposible, unir en el mismo espacio artístico la obra de Oteiza y Chillida, lo ha conseguido el profesor de Historia del Arte Javier González de Durana que ha comisariado la exposición titulada Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60 , bajo el patrocinio de la Fundación Bancaja de Valencia.

Para ello González de Durana se ha empleado a fondo con los depositarios de la obra de estas dos figuras fundamentales de la escultura internacional durante la segunda mitad del siglo XX – significativamente la Fundación-Museo Jorge Oteiza y Chillida Leku- y ha enmarcado la muestra en la producción de ambos artistas a lo largo de dos décadas, concretamente entre los años 1948 y 1969, fechas determinantes en sus vidas y en las que llegaron a coincidir en el proyecto polivalente del Santuario de Arantzazu.

Así, sumando sinergias y evidenciando complicidades, y no atendiendo tanto a las disputas posteriores tanto de orden te´órico, ideológico o plástico que oscurecieron los últimos años de la vida de estos dos grandes artistas y propiciaron una reconciliación de última hora, la exposición da cuenta de la creatividad de estas décadas.

Décadas , en las que , como se dice en la Presentaci´ón de la muestra, «Sus fuertes y muy diferentes personalidades empezaron a manifestarse con lenguajes singulares a partir de los primeros años 50.Chillida miró a la tradición representada por Julio González, trabajando la forja de hierro para desplegar un universo de imágenes de naturaleza surrealizante a partir de materiales evocadores de utensilios agrícolas. Oteiza indagó en las investigaciones de Henry Moore acerca del espacio, el hueco y la masa,formalizando un poderoso y dramático repertorio de figuras en las que el vaciamiento expresivo, no el vacío inerte, iba ganando presencia»

Una muestra, en fin, que bien merece la pena una visita y que permanecerá abierta hasta el 6 de marzo del 2022. Una muestra que, desde luego, sería sin ninguna duda de gran interés que circulara internacionalmente, y particularmente en el País Vasco…

ADJUNTO: Una crónica de Fernando Golvano en el Suplemento EL CULTURAL

ADJUNTO: Una entrevista con Javier González de Durana, comisario de la exposición: