En una esquina del bar, refugiado del frío blanco de este febrero, doy pequeños sorbos a un café con leche muy caliente mientras leo pausadamente el periódico. Me doy cuenta de lo mucho que me gustan estos momentos y más si vienen acompañados de una buena tortilla de patatas como la que me estoy comiendo.
De pronto, cambia la música y comienza a sonar un ritmo repetitivo y facilón. Una voz femenina y aniñada repite una frase que al principio no acabo de comprender.., Pero sí, está diciendo » A mí me gustan más grandes … Que no me quepa en la boca»…El pintxo se me atraganta y levanto la mirada. Los parroquianos y parroquianas permanecen indiferentes e incluso algunos cabecean siguiendo el estribillo…
» Esto es reggaetón…Es una canción que está muy de moda» me dice una de las camareras desde la barra tras haberse percatado, sin duda, de mi sorpresa. Asiento y sonrío , pero no me atrevo ni a ver el video…no vaya a ser que se me corte la digestión.
Vuelvo a la lectura del periódico intentando concentrarme en la letra impresa para pasar de la cantada. En la página siguiente, bajo el epígrafe general de «Sociedad» leo un titular : » La mayoría de los jóvenes se educan sexualmente a través de la pornografía» y que lleva por subtítulo: » Prefieren practicar el sexo en solitario porque ligar es demasiado complicado».
Cierro el periódico. Pago y salgo de nuevo a la calle. Foucaultiano ( de don Michel) que no puede dejar de ser uno, me embeleso con la idea de que en algún momento cambiaran las tornas demográficas y se prohibirá la pornografía en todas su formas como ahora se está prohibiendo el gasoil tras tantos años – y trampas- de apología energética…
Yo también me quedé a cuadros cuando la oí por primera vez. La industria musical, y el reggaeton en concreto, no deja de sorprenderme con letras que transmiten mensajes machistas y de mal gusto, fuera, incluso, de lo políticamente correcto, pero no para evolucionar, sino para llevarnos a tiempos que creíamos ya superados.
Cuánta razón llevas. Yo también echo de menos en la degustación de Romo esa música muy suave de Julio Iglesias (que a mí no me gustaba absolutamente nada, pero para esos momentos mañaneros de café y periódico, o para el ascensor de grandes almacenes, está muy bien).
Y yo también había elucubrado con la letra de este reggaeton, hasta que me dí cuenta de que hablaba de polvorones.
¿O no?