El aspecto más reseñable que ha surgido sobre conflicto entre el vecindario de Abando y el Obispado de Bilbao, en relación al proyecto de derribar la sede de la Escuela de Magisterio diocesana – BAM – y erigir en el solar un gigantesco edificio multiservicios de ocho plantas y cinco sótanos, es el silencio que, en la última semana, han mantenido algunas instituciones y otros tantos medios de comunicación.
Así, el Ayuntamiento de Bilbao no ha emitido ningún comunicado, pensando acaso sus ediles que, como corporación municipal, nada tienen que decir sobre un asunto que, supongo, considerarán «privado». Sin embargo, anteriormente debieron (de) considerarlo muy «público» pues en su momento se recalificó el terreno en el que se quiere realizar la obra para facilitar precisamente su ejecución.
Tampoco se tiene noticia de que, salvo excepciones muy contadas, los partidos políticos se hayan interesado en la cuestión, pues quizá la consideren menor, incluso un tanto despreciable – en su sentido etimológico- frente a los grandes temas macropolíticos que se traen entre manos y que han afectado por ahora a la distribución de áreas de poder…y a los ( generosos) salarios que van a cobrar.
De los medios de comunicación se puede decir algo semejante. Al principio, no hace ni un mes, aparecieron tímidos reportajes, algunos bastante equilibrados, pero después, y de nuevo con excepciones también contadas, el mutismo ha sido absoluto salvo para dar cuenta de manera directa o indirecta de los puntos de vista del Obispado, y siempre sin posibilidad de réplica. Eso sí, entre tanto, los más locales han hecho encendidas apologías de ( hasta ahora desconocidas ) «universidades» de nombre anglosajón que al parecer tendrán a bien instalarse en la «Isla del Conocimiento» ( antes Zorrotzaurre).En cuanto a las televisiones, ni se les ha visto, ni se les espera…
Ahora que , por motivos académicos, estoy releyendo la obra del escritor siciliano Leonardo Sciascia, he reconocido en este silencio de instituciones y medios de comunicación , el silencio de la omertá que, por otro lado, tanta tradición ha tenido en nuestros lares. Un silencio pactado quizá ya a golpe de telefono móvil, que cuando alguno de los implicados rompa por interés propio o por imperativo moral , se llevará por delante a todos los demás, «y allí será el llanto y el crujir de dientes» (Lucas , 13:28).
Por ello, y antes de que sea demasiado tarde, y teniendo en cuenta, por contraste ,el notable incremento del clamor popular (1) contra esta atrocidad urbanística (2), sería mejor que quienes dieron «todo por hecho» y también quienes lo admitieron sin hacer mucho caso de su instinto profesional, repitiendo consignas en vez de investigando el conflicto en todas sus dimensiones (3), asuman su responsabilidad y faciliten un diálogo «con luz y taquígrafos» , rompiendo de una vez por todas con prácticas impropias de una sociedad del siglo XXI…
(1) ABANDO HABITABLE: abandohabitable.org
(2) https://arquilectura.com/2019/06/26/vigorosa-reaccion-civica/
(3) CARMELITAS DE BARRAINCÚA: https://arquilectura.com/2019/06/28/carmelitas-de-barraincua-memoria-de-y-para-un-lugar-especial/
Totalmente de acuerdo con el texto.
Y si escribo esta notita es para comunicar que lo difundo entre mi -breve- peña de seguidores (No hace falta decir que citando autoría)
Estimado lector: lo importante es lo que se dice, yo no soy más que un portavoz…Gracias por su atención.
Por supuesto. No trato de «endosar» embolados a nadie.
Lo que ocurre es que cuando alguien describe o se refiere a algo interesante -que afecta a la ciudadanía, que no es un capricho, manía, o afán de lucro del autor- y además lo hace con buena redacción, sería un despilfarro no hacer uso de él, y/o pretender mejorarlo con fondos y formas características del propagador, ambos, fondos y formas, probablemente inferiores.
En este tipo de situaciones es un proceder habitual. Y en ese sentido, la Imprenta fue un invento genial
(Posdata: Por ejemplo, el artículo de G de Durana es inmejorable bajo cualquier punto de vista, y su difusión, hasta donde llega mi influencia -empero no llega lejos-, obligada por mi parte)
Gracias por lo que me toca. Y muchas gracias por la difusión.