CUENTOS MORALES DE AQUÍ MISMO: LOS AMORES DE PATXI (y 2)

[ N.O. He leido el opúsculo intitulado » Cuentos morales de aquí mismo: Los amores de Patxi(y 2)» y no he hallado nada contra la buena moral; antes bien, el ejemplo que se administra mueve a la virtud del amor  y despeja el vicio carnal, siendo la moraleja sutil síntesis para la sindéresis. -Bs.Gr. Dtor en ambos Dchos.]

Patxi está  otra vez hecho fosfatina. Tras renunciar  a su amor imposible – como saben  ustedes se enamoró hace tiempo de una lesbi a la que ha intentado heterosexualizar en vano -, no ha podido soportar la travesía del desierto y se ha metido en otro buen lío. Y es que  este hombre, a pesar de su apariencia indiferenciada- lo cual le viene de ser un rentista-  es del todo o nada.

» Estoy harto de cama »  decía  ayer desfallecido en nuestra mesa del Periflú. Y no  es de extrañar, ya que ahora , para conjurar su soledad, alterna a dos amigas del mundo del cine reconvertidas en amantes. Patxi las incluye  entre sus   amigas con derecho a roce  , pero no está satisfecho: » Una  quiere hacerlo varias veces al día, y yo, claro, ya no doy para tanto.Y la otra  lo hace lentamente , tan lentamente que me duermo y al día siguiente tengo unas orquitis de caballo.»

Le he recomendado  unos días de abstinencia  y  él se ha reído de mí como lo hacía  del hermano Miguel , un marista afeminado que compartimos en la infancia y que siempre nos hablaba con delectación y largueza de  los peligros  del sexo.  Sin embargo, estoy convencido  de que  mantenerse quietoparao es una de las pocas cosas que le van a sacar del atolladero y no, como decía él …¡una tercera mujer!…en multiplicación meteórica del dicho sexista de la mora verde.

No, Patxi necesita un poco de amor y no tanto sexo. Necesita emocionarse y nadie puede emocionarse  dándole sin parar o durmiéndose irremediablemente. Por eso tiene que esperar aunque la receta  parezca  un tanto  jesuítica. » Comienza por mirarles a las mujeres a los ojos  » le he dicho  en mandato rimbombante y definitivo.

Patxi se ha marchado  alegre aunque no muy convencido. Por lo demás siempre  podrá refugiarse en las faldas de su hermana – aunque , no sé, pues es una vasca severa muy severa. Ha dicho que va a probar  a ver qué tal le va. Ya nos contará.

MORALEJA (por si alguien la necesita): » No por mucho tempranar, amanece más madruga»

 

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