De horizontalidades , bicicletas y bolardos.

 

 

Esta mañana fría y luminosa de fin de año invita al paseo y salgo de casa.Al poco, entro en el parque de Doña Casilda y voy tranquilamente caminando cuando, de pronto, una bicicleta me sobrepasa a toda velocidad. Con el susto le  grito al ciclista que vaya por la carretera. Oigo un frenazo. El ciclista se da la vuelta y me suelta: » Es que los peatones tienen que ir con cuidado por la acera «.La frase me suena surrealista, pero en un alarde de comprensión weberiana,supongo que el sujeto en cuestión, acostumbrado a la horizontalidad virtual de los videojuegos, ya no la distingue de la física. Así pues repito mi mensaje más calmado: «Las bicicletas por la carretera, por favor». El individuo se da media vuelta y haciéndome una higa me grita mientras coge de nuevo carrerilla, «Vete a la mierda».Además de incivil y desnortado, un cobardica con casco.

Continuo mi paseo por la calle del Doctor Areilza. Una vez más, otro ciclista viene por la acera y haciendo un quiebro a mi altura se detiene frente a un comercio.Susurro una leve protesta y la contestación literal es » ¿Y cómo voy a venir hasta aquí si es dirección prohibida?».

Ante tamaña cuestión metafísica y trascendental, me callo y, por elevacion, pienso en los cenutrios que están colocando bolardos y bloques de hormigón para que no haya atentados, como si los talibanes de cualquier género se guiaran por aquella canción que decía » Yo para ser feliz, quiero un camión», con lo fácil que es pasar con una bici, o a pelo con el cinturón de explosivos, si lo tienen claro clarísimo (dado que no cesan de bombardear a sus parientes.

Pero así es este mundo de curioso -y más que parece que lo va a ser el año que viene- en el que, como solía decir Telesforo de Monzón,hablando del Irgún,  se  puede pasar de malnacido terrorista a  dignísimo embajador y viceversa,según las tornas.

En fin, que me parece bien que se luche por la acogida de los refugiados, como me pareció bien la solidaridad con  la naciente Nicaragua sandinista cuando  se eclipsó la utopía post-franquista (a pesar del actual Daniel Ortega y  su «bruja»), o por el reconocimiento del pueblo palestino ( a pesar de Yasir Arafat y su «huida» final a Clamart)  pero quizá no debiéramos olvidarnos de algunos derechos básicos que por aquí se están volviendo utópicos .

Y no sólo del derecho a un salario suficiente, al de una educación y una sanidad universales y competentes, sino también, y por ejemplo, al derecho a pasear tranquilamente sin tener que estar pendientes de bicis ( y  de perros que «sólo quieren jugar».No os riaís, no os riaís, que os veo: Robert Louis Stevenson comenta en su maravilloso En los mares del sur, que en Escocia, durante algunos años estuvo prohibido pasear los domingos…

En fin ,colegas de todo sexo, género y condición, ¡que vuestros dioses os sean propicios en el 2017!

 

 

 

3 comentarios sobre «De horizontalidades , bicicletas y bolardos.»

  1. Hola

    Explanada del Guggenheim, junto al perro dos coches patrulla. Los ciclistas que bajan desde el puente de La Salve por la acera «a toda leche» con la inercia de la cuesta. Algun dia pasara algo.
    El concejal Alfonso Gil comento que quitaría las bicis de las aceras. No esta el Ayuntamiento bajo de fondos, que comience a multar, en poco tiempo se acabo el problema.

    Saludos

  2. Tan verdad como la vida misma, aquí en Donosti «igualico, igualico» de ahí la conveniencia de tener en cuenta tu frase «algunos derechos básicos que por aquí se están volviendo utópicos» .

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