De la mano de mi vieja amiga Laura, pasé ayer toda la tarde en los llamados «barrios altos «de Bilbao , es decir en ese ámbito que se abre pasando los puentes de la Merced y de San Antón y que acoge a Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala, una zona hasta hace no mucho tiempo tildada por los bienpensantes como cutre, degradada y hasta peligrosa.
Por supuesto no encontramos mayormente nada de todo eso sino más bien un ambiente juvenil y relajado. Tras un vermouth en el bar Marzana, comimos , y muy a gusto, en el restaurante vegano Borne. Después fuimos a tomar café al Nervión, donde encontramos una réplica perfecta de un joven Hemingway leyendo despaciosamente Homage to Catalonia de George Orwell.
Estuvimos luego paseando por la calle San Francisco y a eso de las siete nos acercamos al Wiki-Toki de la Plaza de la Cantera para escuchar de primera mano la presentación del programa «Haciendo la calle » del denominado Laboratorio ciudadano. Celina Pereda hizo un resumen de su experiencia como médico durante los últimos cuarenta años y Sergio García, de la S.G. Gallery, puso de relieve algunas intervenciones artísticas públicas llevadas a cabo recientemente. Pero a mí, lo que más me interesó fue el proyecto , ya en marcha, presentado por Savina Lafta y Ainhoa Resano, que intenta reconstruir la memoria de la mujeres de los Barrios Altos a través de la contemplación de antiguas fotografías y de las conversaciones que suscitan: Ví aquí cumplido en la práctica un sueño que se esbozó en muchas ocasiones en el despacho del catedrático de Sociología ya jubilado, Jesús Arpal- que por cierto, me dio a conocer los estudios sobre la memoria individual y colectiva de Maurice Halbwachs.
Fueron dos horas muy intensas y agradecidas.Pero lo más importante fue la sensación de que en aquel grupo, tan activo , tan ilusionado, se estaba dibujando un nuevo Bilbao. Un nuevo Bilbao ajeno al mundo que rodea al Guggenheim o al desembarco masivo de turistas desde los grandes cruceros. El Bilbao vivo de los barrios altos que acaso, algún día, se convierta en modelo de interacción cultural y convivencia urbana…
Es usted un «gastasuelas urbano» que diría Baroja. Al principio me pareció -tal es el entusiasmo- que describía el París bohemio. Homenaje a Cataluña de Orwell fue un libro que me aburrió soberanamente.
Gastasuelas, sin duda, querido Antonio, pues no soy sino paseante impenitente. De Orwell hablaremos otro día.
¿De la mano de tu vieja amiga Laura?…
Of Course. Ya sabe usted. La de las Reuniones de la Junta Extraterritorrial del Desayuno de los Martes.La amiga de Mikel, Koldo, Patxi, Marta e Itzi…Pensaba que ya les había presentado.