Ayer bebí poco, cené suficiente y me reí un montón después de los besos y la copa de cava correspondientes, porque me dediqué a echar a mis amigos el I Ching.
Sigo llamando así (y no YiJing) a esta compilacion adivinatoria china que después sirvió de base para muchas derivas filosóficas – como la de Confucio- porque estoy un poco harto de que Mao-Tsé-Tung se haya convertido en Mao- Zedong y Pekín en Beijing. Y si me divierte es porque, a pesar de su originaria severidad, el procedimiento de consulta- que practico con tres monedas- y las sentencias que se deducen encandilan todavía al personal y salpican a conciencia eso que el amigo Freud denominó El Inconsciente. No soy, por supuesto , un experto, pero en su momento recibí la conveniente instrucción de mi profesora de mandarín, idioma al que me dediqué durante unos años en un ataque filológico alternativo.
Al final, en la soledad del amanecer, he hecho una última tirada intentando encontrar pistas para el año que hoy comienza, al modo del Calendario Zaragozano de Don Mariano Castillo y Osciero que consultaba mi padre con gran atención.
Ha salido el hexagrama número 9 ( Xiao Xu, Poca Acumulación) en combinación ( de abajo arriba: 9/9/9/8/9/9), con transformación hacia el 2 ( Kun: El Principio Pasivo) y teniendo como contrario el 16 ( Yu: Satisfacción).
No será , pues, un año favorable. De hecho, no será » posible domesticar a los grandes ni detener a los potentes». Aparecerán «grandes nubarrones» pero no llegará a caer lluvia.Los tres primeros nueves del signo base indican la posibilidad de un leve reforzamiento entre las gentes del pueblo si se solucionan los «problemas conyugales». Los dos nueves finales, y sobre todo el nueve arriba, presagian una acumulación de fuerza si se opera con sinceridad. El hexagrama transicional indica que, en el camino abierto hacia la acumulación de fuerzas, habrá que tener «la firmeza de una yegua» y habrá que procurar apartarse de la agitación de un caballo.
¿ Qué os parece, colegas? De nada.