El I-CHING Y LOS IDUS DE MARZO

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Ayer,  idus de marzo y 2061 años después del asesinato de Cayo Julio Cesar, cumplí 62  años. Y, como siempre, me hice una tirada del I- Ching  para tener alguna propuesta arbitraria en que pensar de cara al año que viene.

En la magnífica edición  de Albert Galvany ( de Ediciones Atalanta)  consulté la figura número 52 con un nueve arriba. La figura indicaba un periodo de aquietamiento y detención, resaltado por el nueve superior («Gran aquietamiento»). Sin embargo,   el Dictamen correspondiente abundaba, en lógica muy china por no decir oriental,  en que «llegado el momento de detenerse, hay que detenerse; llegado el momento de actuar, hay que actuar » sin hacer  mayores planes (estratégicos).En resumen   que el I- Ching me proponía un año dedicado en principio a la atenta paciencia.Y por ello escribí esto:

«Paciencia. Acostumbrados, como estamos,  a la prisa y a la precipitación — aquel no hacer nada a toda leche   que definía en tiempos lejanos el servicio militar —  la paciencia parece siempre quedar a la vuelta de la esquina.

Se solventan así  de modo terminante amores y trabajos que precisaban en realidad de más tiempo y atención.Y liquidados unos  vamos ya en pos de otros  que desaparecerán de nuevo en el tráfago sin fin. Lo que  no sabemos es que alguien se ríe de nosotros mientras tanto. Es un nuevo – que no joven – diosecillo , ese dios de la productividad sin cuenta al que llamaron Das Kapital.

Porque la impaciencia no es nuestra y si es nuestra es de esa parte de nosotros que no somos nosotros –  y que venga George H.  Mead y lo vea . De esa parte que nos ha hecho ser lo que somos  pero que pretende que sólo seamos eso: Trabajo.

Para ese diosecillo nuevo la paciencia es improductiva, no constituye ningún trabajo. El tal diosecillo, inculto – como sus representantes – hasta la médula, no ha descubierto aún la productividad de la paciencia…El día que la descubra, habrá que volverse…¡ impacientes!»

En fin, clásico que es uno , en el fondo, y tal…

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