En una bella página de su prolongado Diario, Miguel Torga reflexiona sobre la falta de tradición de escritura diarística en países como España , Italia o Portugal.
En opinión de Torga, la ausencia de diarios íntimos en estos lugares se debe a la práctica del sacramento católico de la confesión. La confesión, como descarga intermitente, habría aliviado la necesidad de un apunte cotidiano y reflexivo sobre la vida. En los países protestantes, por el contrario, continua Torga, en los que no se practica la confesión sacramental, como , por ejemplo, Suiza, Inglaterra, Alemania o Dinamarca , la existencia del diario íntimo es algo normalizado y su publicación no constituye desgarro particular alguno, como ocurre en los países católicos.
Los argumentos de Torga son, sin duda, sugerentes pero necesitan ser actualizados -se trata de una página de 1953 . Probablemente el sentido del aggiornamento debería de ir en la linea de reflexionar acerca de qué ha podido convertirse hoy en el sustitutivo de la confesión, toda vez que , en los mentados países católicos, la práctica de dicho sacramento ha disminuido notablemente y , sin embargo, no se aprecia un incremente significativo de producción diarística.
Puede ser también que no se trate , como en casi todo en la vida, de una relación de causa-efecto: donde no hay tradición de género es muy difícil que emergan autores de género.
Pero también puede ocurrir que el sacramente de la confesión haya sido verdaderamente sustituido por otro rito civil que cumpla la misma o parecida función en relación a la cuestión de la escritura diarística. Y no parece pensable que ese otro rito civil no sea el psicoanálisis y sus terapias derivadas.
A lo mejor tenía mucha razón Lou-Andreas Salomé cuando le recomendaba a Nietzsche que no se psicoanalizara porque dejaría de escribir. Y no precisamente sólo diarios íntimos.
En cualquier caso por aquí tenemos Diarios y Dietarios excelentes entre los que se podrían destacar , por ejemplo,en castellano los de Miguel Sanchez- Ostiz, y en euskera, los de Anjel Lertxundi o Bernardo Atxaga