FATA MORGANA ( intermedio pandémico)

«Nuestros padres mintieron, eso es todo» dijo el poeta de Vinogrado.

Y con el humo del cirio pascual se van los padres y las madres entre olor a incienso y vestiduras moradas. Uno más. Una más. Y allá, en las lápidas blancas, se superponen fechas, nombres y apellidos entre el musgo dorado , bajo los altos cipreses que todavía creen en Dios. ¡ Ah oscura tumba en la que yace mi hermano!

Entre las arquivoltas , fata morgana, se dibujan rostros que nos escrutan en silencio bajo diferentes banderas. Hijos e hijas del «Dios, Patria, Rey», pero ateos funcionales, patriotas descastados y monárquicos ocasionales.Vivieron como pudieron apostando por la supervivencia que les había regalado el fusil airado.

«No mires nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia», ha dejado caer desganadamente el sacerdote. Y se podría añadir, ¡ oh San Emilio Durkheim!, la fe de cualquier iglesia, tradicional o civil, de rigurosa observancia religiosa o de estricta disciplina política, global, local o nacional, de toda agrupación humana , en fin, que no haya renunciado al porvenir de una ilusión.

Sí, Jon, nuestros padres mintieron, eso es todo…Mentiras sí, unas piadosas otras no tanto…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *