(H)ERTZAINAK (reloaded)

A principìos de los ochenta del siglo pasado, conocí a los miembros de Hertzainak por novia interpuesta y cuando todavía se discutía si el nombre del grupo debía llevar una «H» o no.

Ensayaban, si no recuerdo mal, en Gamarra, pero su vida social – y la mía- trascurría en el casco viejo de Vitoria ( que comenzaba a ser también Gasteiz) , particularmente en algunas calles como la Zapa, y en el entorno de algunos bares como el Calígula, cerrado más de una vez por la autoridad gubernativa por ( se decía) la nube de costo y de maría que lo envolvía.

El grupo era variado y más la procedencia de cada uno de los componentes, pero todos estaban de acuerdo en que había que dar un giro a la música vasca, incorporando el euskera a corrientes como el punk, el ska o el reagge y vinculando el resultado a la problemática socio-política ( Pakean utzi arteHasta que nos dejen en paz)

Debutaron en la nochevieja de 1981, y al poco tiempo comenzaron las entradas y salidas – la más notable, el cambio de Xabier Montoia ‘Gamma’ por Iñaki Garitaonaindia ‘Gari’- hasta desaparecer en 1993, dejando tras de sí seis LP´s.

La influencia de Hertzainak fue decisiva en el nuevo rumbo que tomó la creación musical y sin ellos no resultaría comprensible lo que luego se denominó el Rock Radikal Vasco ni fenómenos como «Euskadi Tropikala»

Según parece, Josu Zabala y Gari volverán a subirse juntos a un escenario el próximo 26 de setiembre. Y no será un escenario cualquiera pues se trata del Palacio Euskalduna de Bilbao. Un lugar impensable para ellos cuando comenzó aquella aventura en 1981, una aventura que muchos y muchas no entendieron, otros y otras no aceptaron y algunos y algunas hasta rechazaron firmemente, afirmando que atentaban directamente contra la tradición vasca.

Es de esperar que la apuesta salga bien, aunque sería bueno tener en cuenta aquellas palabras de Gracián que decían: » Máxima es de cuerdos dexar las cosas antes que los dexen». Por mi parte, cuarenta años después, sólo puedo agradecerles que me dejaran sentir tan cerca la inminencia de la utopía…


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