Ayer por la tarde llovía sin parar y me quedé en casa. Sentado en el sofá con la luz apagada, estuve escuchando durante un buen rato el repiqueteo de la lluvia contra los cristales .
No me apetecía ver ninguna película- tengo un buen repertorio que veo una y otra vez – porque habíamos quedado a partir de las ocho para celebrar un cumpleaños, así que encendí la luz y me hice con el portátil . Como tengo pendiente una traducción, me rasqué la oreja y me puse al curro no sin antes buscar algo de música que me acompañara.
La casualidad ( o no) permitió que junto a una selección que escucho habitualmente , saltara de pronto «In-A- Gadda-Da-Vida»(1) de Iron Butterfly, una canción de 1968 que no oía desde hacía muchos años. Al principio me hizo gracia , teniendo en cuenta que suelo trabajar con música de fondo de Deep Purple o AC/DC – trasunto que no entienden mis colegas inmediatos que más bien me verían con música de «piscina cubierta» para estos menesteres.
Al cabo de unos minutos, me di cuenta de que tenía que optar entre seguir con la traducción sin música o dejarme llevar precisamente por aquella melodía insistente y sus estiradas improvisaciones. Y , sin pensármelo dos veces , aparté el ordenador, cerré los ojos y me vi desde arriba oyendo aquella larga canción- diecisiete minutos: ocupaba toda una cara de un LP- tumbado sobre un colchón, en una buhardilla de la calle San Lorenzo, en medio de una nube de maría y rodeado de panfletos. Era 1973, el franquismo estaba moribundo y todo parecía posible…
(1) IN-A-GADDA-DA VIDA ó EN EL JARDÍN DEL EDEN: https://www.youtube.com/watch?v=UIVe-rZBcm4&index=1&list=RDUIVe-rZBcm4