Ya sé que el título de esta intempestiva estival recuerda y mucho a cualquiera de los textos que impresos o ciclostilados, en castellano o en euskara ( o catalá) circularon entre la oposición al franquismo desde finales de los sesenta.
Pero la columna publicada recientemente por mi estimado compañero de blogs Iñigo Landa (1), me ha animado a sacarlo a colación.
Pues el marxismo y el nacionalismo fueron en su momento las religiones civiles modernas en alza, antes de que aparecieran las postmodernas ( el fútbol, la música y el arte…globalizados, como vaticinó Manuel Vázquez Montalbán ) y las luego llamadas ultra-modernas, de las que hace un buen catálogo Jorge Fernández Gonzalo (2)
Aún así la descripción de las relaciones entre ambas ideosferas ( palabro que rescato de Roland Barthes) realizada por Landa es bastante equilibrada y , más allá de ciertas aplicaciones a la coyuntura política actual que pueden ser discutibles, tiene el valor de destacar el núcleo conflictivo que las enfrenta.
Y este núcleo, a fuer de la contradicción principal y la contradicción secundaria ( …y el aspecto principal y secundario de la contradicción principal, etc…,según Mao, en perfecta deriva hegeliana) creo que no era y no es otro que el hecho de que el marxismo plantea un universalismo conceptual mientras que el nacionalismo es particularista. Y que por ello, y como decía J.L.Talmon en su célebre tratado Mesianismo Político, el nacionalismo – grande o pequeño – siempre triunfará sobre el marxismo (y su vertiente política general: el socialismo) por una mera cuestión de próximidad estratégica .
Ahora bien, si de la grandes concepciones y estrategias, descendemos al activismo operativo inmediato, habrá de reconocerse también que el marxismo fue una buena » caja de herramientas» ( la frase es de Michel Foucault) para dilucidar los tipos de nacionalismo y para establecer alianzas tácticas que, por ejemplo, en aquellos sórdidos años del tardofranquismo, dieron muy buenos resultados tanto en la discusión política como en la acción colectiva.
(1)https://blogs.deia.eus/rincondelproteston/2019/08/18/contradiccion-primaria-y-secundaria-marxismo-2/
(2) Fernández Gonzalo, J.2018. Manifiesto pospolítico. Madrid: Dado Ediciones
Marxismo y Nacionalismo. Si los metemos en una coctelera y las agitamos bien, como sucedió a finales de los sesenta y la década de los setenta, obtenemos un cóctel muy parecido al Manifiesto de Verona.
Gracias por el comentario. Aún así, no creo que nadie se planteara en aquellos años nada parecido a la República Social- Fascista Italiana…
Kaixo Vicente.
Juraría que ésa publicación la tenía Aita por casa.
Voy a rebuscarla y la rescato.
Eskerrik asko!!!
Seguro que sí…Es un clásico…Eskerrik asko zuri…