INTEMPESTIVAS ESTIVALES ( 4:»De los guiris a la turistada»)

Guiri es una palabra ya casi en desuso que referida principalmente a quienes venían del otro lado de la muga, servía para calificar a los pocos visitantes que se acercaban por estos lares.

Los años han pasado y nuevas palabras se han puesto de moda, como turistada ( algo así como «golpe de turistas») y el consecuente y más fino gentrificación, para señalar el vaciamiento popular de los barrios ciudadanos en pro de los residentes y viajeros de más alto nivel económico.

El fenómeno que manifiestan estas nuevas palabras no es sino el flujo cada vez mayor de visitantes que en algunas ciudades, como Venecia o Barcelona, llega a colapsar la vida cotidiana de sus habitantes.

Un autodenominado economista neo-liberal local defendía hace unos días la asunción plena de este nuevo nicho económico, teniendo en cuenta que , según sus cifras, el turismo representa el 11% del PIB español, frente, por ejemplo, al 3% que representa la cultura, o el 2,6% del deporte.

Es posible que algunos de los michelines tecnocráticos que les han crecido a los partidos políticos de hogaño se sientan inclinados sin más, como se dice ahora, a tirar por este camino haciendo algo tan antiguo y simple como la cuenta de la vieja. Una cuenta de la vieja, bien es cierto, un tanto rara pues quienes ponen los negocios juegan en nuestro campo tan de visitantes como quienes mayormente los utilizan, llevándose por delante, de paso, parte de nuestro patrimonio ( no tengo inconveniente en llamarlo también «matrimonio».

Y en fin, sería preferible que las alharacas que se montan a bombo y platillo exhibiendo estadísticas sobre el número de visitantes o el desembarco masivo de cruceristas, fueran al menos compatibles con una reflexión sobre esta deriva teniendo en cuenta, al menos, las experiencias de otras provincias del Imperio…

2 respuestas a «INTEMPESTIVAS ESTIVALES ( 4:»De los guiris a la turistada»)»

  1. En mi infancia, años del 600 y de Matilde Perico y Periquín, llamábamos «guiris» a los guardias, fundamentalmente la guardia civil, pero también de cualquier cuerpo, ya sea municipales, guardacoches, guardafincas o vigilantes de garajes donde solíamos hacer tropelías de niños aburridos.
    Parece que ha ido evolucionando el colectivo receptor del nombre, que evidentemente sigue manteniendo el sentido de indeseable por invasor de nuestra actividad y precursor de males incontables.
    Hago este comentario porque, con el desembarco masivo (el filtrado como llovizna no) de la llamada turistada, sigo experimentando esa sensación de que algo me va a cambiar, algo de felicidad voy a perder, y también algo estaré haciendo mal para temer, como antiguamente, que vengan los guiris y me lleve yo una zurra, merecida o no.

    1. Gracias por el comentario…Yo también soy de los tiempos de » Matilde,Perico y Periquín»…Me apunto esa interesante acepción de «guiri», que agradezco como coleccionista de palabras…Eskerrik asko.

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