Durante el paseo de esta mañana me he dado cuenta de que eran tan sólo mujeres quienes hoy iban y venían por Abandoibarra, haciendo footing o running. Habrá sido una casualidad, pero lo cierto es que cada vez más resulta una causalidad. Una causalidad micro-política de aquellas que tanto le gustaban a Michel Foucault y que compensa el espectáculo de la caída de esos grandes pedruscos macro-políticos como los que , según parece , van a caer hoy allá por el este .
Pues en efecto , las mujeres han ido progresiva y silentemente ocupando espacios públicos, desde el funcionariado laico y militar, hasta la representación política máxima como se puede ver con Ánjela Merkel.Dice una amiga mía que todo esto se ha debido tanto a la aparición de los métodos anticonceptivos ( y singularmente «la pildora» que permitió regular la procreación) como al empuje de diversos movimientos feministas de orden muy diferente pero que, en conjunto, ha creado una receptividad muy propicia.
Aún así, y siempre dentro de esta dimensión micro-política, y más acá de los casos mayores, a lo largo de las dos últimas semanas, y en varios talleres de estudio realizados con mis estudiantes, he podido comprobar, a través de numerosas anécdotas ,que el sexismo, forma expresa del patriarcado, continúa manifestándose por doquier. Así una joven contó que todavía en su casa era ella la encargada de poner y quitar la mesa y que jamás lo había hecho ninguno de sus hermanos; otra que , en una ocasión en la que no acababa de salirle bien un operación matemática en la pizarra, el profesor le espetó: «Pues si no lo puedes hacer, vente a fregar a tu casa». O que en un centro escolar son siempre las chicas quienes tienen que recoger el material utilizado en la clase de gimnasia…y por no hablar de tocamientos o de sexismo académico, poniendo siempre mejor nota a los varones a igual resultado en la actividad física programada…
Y, cuando he llegado a la altura del Puente Euskalduna , me he dado cuenta de que estas mis reflexiones me estaban llevando demasiado lejos, pero no ya sólamente hacia Catalunya…
Hoy día mandan las mujeres, efectivamente lo reconocen todos los medios audiovisuales y escritos. Siempre han mandado y no por fregar o planchar se les han caido los anillos. Son mas inteligentes que nosotros los hombres. La mejor cocinera de Euskal Herria está en mi casa y a mi no me deja hacer nada.
Esos paseos que da usted y ve a bellas mujeres corriendo y haciendo deporte, es un placer y no me extrañaria que cuando hagan y terminen lo de Zorrozaure acabe sin darse cuenta en Getxo.
Un saludo.