—¿Qué es un fornicador?
—No lo sé, no soy hombre religioso.
Este es el comentario de dos mineros mientras escuchan a un predicador que ha acudido a adoctrinar a una nueva colonia de buscadores de oro en la célebre película La leyenda de la ciudad sin nombre ( Joshua Logan, 1969 ) ,interpretada por Lee Marvin, Jean Seberg y Clint Eastwood – que se despachaba con aquella maravillosa canción » I talk to the trees…»
Teniendo en cuenta que los clérigos son ya mayormente políticos como corresponde a las religiones civiles que nos informan, hemos de agradecerles que con sus alboradas tácticas y sus disputas aparentemente ideológicas nos entretengan de vez en cuando apartándonos de la murria pandémica.
Así está ocurriendo en torno a estos idus de marzo en la agitada parafernalia desplegada que, según dicen voces autorizadas, pretende reorganizar el sistema de partidos de esta quebrada monarquía parlamentaria.
Al efecto, es de suponer que los grandes partidos surgidos del marco alemán durante la Transición, sueñen con una regresión al bipartidismo alternante, aquel sistema tan divertido en el que cada vez que obtenía la mayoría parlamentaria uno de ellos con alguna que otra ayudilla periférica ,se limitaba a deshacer sistemáticamente lo hecho por el partido contrario en la legislatura anterior.
Probablemente es esta una de las causas finales de esta piel de toro en la que ,como decía Manuel Vázquez Montalbán ,la derecha ha tenido mando en plaza desde los reyes godos y ha sido incapaz de conformarse liberal y europeamente teniendo eso que los politólogos denominan «sentido de Estado» , así como la izquierda se ha dividido y subdividido una y otra vez con sutiles y a veces incomprensibles matizaciones.
Pero el espectáculo está dado y resulta tan entretenido como el de la prensa rosa – ahora tan tensionada por la ruptura entre Iker Casillas y Sara Carbonero – mientras se nos acusa a todos y a todas de fornicadores por defecto si bien en este caso en relación a Leyes y Decretos.
Pero, lo dicho:¿Qué es un fornicador? No lo sé, no soy hombre religioso…