Patxi (1) se ha afeitado en el sentido originario de la palabra. Es decir, que se ha cortado la barba, pero se ha dejado un par de patillas gruesas hasta el maxilar . Nadie se ha dado cuenta, ni siquiera su hermana ( y madre a la vez. Y la explicación que ayer daba en el Iruña es que su cabello es ya tan blanco que lo mismo da a ojos ajenos si es largo , corto, incipiente o piloso.
No era de la misma opinión Mikel, pues a pesar de estar azorado ahora por los «festivales de verano» (sic) de los planes de calidad tecnocrático-universitarios – que todo lo encomiendan a plataformas digitales haya o no conectividad – no ha perdido la perspectiva crítica ( ni de género. Y le ha sugerido a nuestro cineasta de más bien poco éxito que revise su política estética ya que las patillas, que en tiempos fueron significante de nobleza preeminente, son ahora manifestación de profundas conviciones nacionalistas de variadas y aún opuestas naciones, como puede comprobarse en la calle o en Instagram.
Quedó sorprendido Patxi de la significación y connotación de sus paralelos apéndices y tanto más cuanto que era de notar que apenas se veían, pero Koldo, nuestro psiquiatra siempre de guardia, profundizó en su gin-tónic y en la cuestión afirmando contundentemente que » decimos más de lo que queremos y queremos más de lo que decimos», con lo cual que la tertulia llegó a una cumbre y tomó otros vericuetos.
Sentimos, luego , de pronto y todos, el hueco de la ausencia de las chicas, y que sin duda hubieran tenido buena ocasión para su arte y su parte y las echamos y mucho en falta. Aún así no nos dejamos llevar por la facilidad del Mundial ni de La Manada, y nos disolvimos pacíficamente, cada uno camino de su casa, y el Patxi con la convicción de que se tenía que cortar hasta las patillas… «O no»… como decía aquel insigne gallego que sin saberlo, hablaba en prosa , eso si un tanto enrevesada…
(1) Quienes no conozcan a los personajes de esta saga, pueden consultar:
http://blogs.deia.com/el-paseante/2016/11/20/dramatis-personae/