ELECCIONES (¿ y utopías?)
A estas alturas del siglo XXI podría afirmarse que quien habla de futuro, de mejora sin querer cambiar la vida cotidiana ya huele bastante mal.
Ya suenan los claros clarines, ya vienen las elecciones: es el momento de las Utopías. Desde las utopías para las familias, los municipios y los sindicatos hasta las utopías nacionales y acaso estatales. Y como diría aquel héroe tan bienpintado de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el Príncipe Salina, orgulloso Gatopardo, «me parece bien».
Despliéganse así grandes discursos con promesas de futuro mediato e inmediato y se suceden las mociones de censura implícitas y explícitas , atentos los arúspices a la faena, a sus manoletinas articuladas en ideologías resilientes…
Pero, como ha apuntado recientemente en un denso y erudito artículo el profesor y filósofo Francisco José Martínez, todo este alboroto no puede ocultar que el tiempo de las Grandes Utopías ya ha acabado. Y también que ese mismo alboroto pretende ocultar y, sobre todo, abducir partidariamente las pequeñas utopías, esas microutopías que todavía defienden algunos ciudadanos y ciudadanas que luchan , sí , luchan, por mantener un espacio verde en su barrio ,por reclamar una atención médica primaria pública de calidad, por exigir unas pensiones dignas o por defender el carácter cultural de un taller de escritura o de pintura.
Unas microutopías que rescatan el sentimiento comunitario , reforzando la idea de responsabilidad íntima junto a los demás y que suponen retomar la centralidad de la imaginación en detrimento de una razón puramente contable, a menudo tan especulativa como engañosa: ¿O acaso no es el crecimiento desbocado la condición de cualquier cáncer?
Decía el también filósofo Guy Debord , y así lo cita Martínez, que quien habla de revolución sin querer cambiar la vida cotidiana es que tiene un cadáver en la boca. Pero a estas alturas del siglo XXI podría afirmarse que quien habla de futuro, de mejora ,sin querer cambiar la vida cotidiana…es que ya huele y bastante mal.
Pero eso sí, elecciones haberlas haylas, y Utopías también…
IRATI ( o ¿todo lo que tiene nombre existe?)
Irati , el film dirigido por Paul Urkijo y estrenado hace apenas un mes, ha alcanzado los 120.000 espectadores en tres semanas, convirtiéndose en la película rodada en euskera más taquillera de la historia.
Todavía no he tenido la oportunidad de verla, pero un buen amigo me ha enviado su particular crónica que reproduzco a continuación ,siendo muy consciente de que sus apreciaciones pueden dar lugar a la polémica que, como siempre, será bien recibida.
IRATI – Izena duena bada
Entré sin mayores referencias a ver la película inspirada en la novela gráfica El Ciclo de Irati, que ahora me apetece leer. La película utiliza como excusa la época histórica de la batalla de Roncesvalles, con la pelea por el poder de los señores de Navarra frente al avance de los musulmanes, para plantear la verdadera lucha subterránea entre la religión pagana y los monoteísmos venidos de Oriente, ya sea el Cristianismo o el Islam.
Dos cosmovisiones enfrentadas a través de la religión: una en la que el ser humano se ve como un elemento más de la naturaleza, que es quien finalmente decide, provee o dispone, y crea respuestas a lo desconocido a través de rituales y ofrendas para Ella, y otra en la que el mismo ser humano se da cuenta del poder de la religión para la manipulación de los pueblos, creando a Dios a imagen y semejanza del hombre, y por tanto colocando a éste en la posición de Dios dominador de la naturaleza, que debe estar a su servicio. En la primera, Mari como diosa, en las segundas, la figura de hombres como Jesucristo o Mahoma.
Los campos de batalla son dos: por un lado, la memoria, el diálogo entre Mari e Irati, la lamia, donde reconocen que en la medida que desaparezcan del recuerdo desaparecerán. Una reflexión pertinente para el contexto actual, donde la existencia de aparatos tecnológicos tan poderosos y disponibles sustituye nuestra propia memoria, con lo que estamos perdiendo sin saber nuestra historia. Quizás cuando nos están robando la memoria nos roban la voluntad, ya que no somos capaces de recordar qué queremos hacer en esta vida.
Y como vehículo de dicha memoria, la palabra como refugio de la existencia. “Izena duena bada”, todo cuanto tiene nombre existe. Es la palabra uno de los terrenos en disputa en la actualidad, con el ecologismo y sobre todo el feminismo creando nuevos conceptos que reflejen la existencia de las discriminaciones (micromachismo, heteropatriarcado,…), ya que cuando no teníamos esas palabras no éramos conscientes de ello, sentíamos algo, pero no sabíamos ponerle nombre. El diccionario oficial y la RAE, al ser tan restrictivos y lentos en la incorporación de las nuevas palabras, no son sino una institución, un poder que trata de retrasar, evitar, invisibilizar nuevas realidades. Y en el terreno individual, debemos ser también conscientes de que si reducimos nuestro vocabulario, reducimos nuestro mundo. Querer escribir con menos letras, menos palabras, más rápido… está estrechando nuestras paredes, nos creemos más libres cuando quizás estemos cada vez más encerrados.
En esta batalla, Mari ha ido perdiendo durante todos estos siglos, más de un milenio ya, pero nunca se dará por vencida, mientras la recordemos, la llamemos. Nos encontramos en un tiempo de encrucijada, donde los modelos actuales de sociedad occidental y de religión están encontrando los límites de la propia naturaleza, abusando demasiado de Ella. Entramos en una época de transición, probablemente el final de los imperialismos de todo tipo (por decrecimiento de la energía disponible), y como parte fundamental de la construcción de nuevos valores sociales deberá formarse probablemente una nueva religión, unas nuevas normas morales que permitan la convivencia. Quizás sea bueno mirar atrás, a las enseñanzas ancestrales, que al final no son sino la concentración de la sabiduría de todas las pasadas generaciones, escondida en los personajes e historias de Mari, las lamias o los galtzagorris. Rescatar lo bueno del pasado es imprescindible para poder construir mejores futuros.
Como toda transición, implicará pérdidas (“Odola, odol truk”, sangre a cambio de sangre). La humanidad no ha sido (creo) nunca capaz de transicionar de un sistema social a otro sin violencia, sin derramamiento de sangre. Uno de los éxitos de la Ilustración ha sido la capacidad de incorporar mayores niveles de educación al porcentaje de población más elevado de la historia. Ojalá sea su último servicio, de fin de época, el reconocimiento racional de que debemos volver a un sistema donde la humanidad sea un elemento más en armonía con la naturaleza, un simple animal mamífero que respeta los ciclos de la vida. Y que sea capaz de convencernos para que ese camino lo realicemos sin violencia, atendiendo a las necesidades de todas las personas, vengan de donde vengan y sean como sean.
Por último, se podrá achacar a la cinta que tiene muchos o igual demasiados momentos inverosímiles. Pero a medida que pasaba el tiempo de la película, y más cuando ésta acaba, te queda el sabor de las historias bien contadas, ésa es una de las capacidades que nos diferencia como especie de un modo único. Quizás sea tiempo de soñar más, y renovarnos en una tierra que a veces se jacta demasiado de ser ‘de ingenieros y realismo’. Rememorar más, buscar las palabras que existían en otros tiempos y que hemos dejado de utilizar nos servirá para volver a conectar con la naturaleza a la que pertenecemos, y que no poseemos.
NOTICIAS DESDE EL PERÚ ( A propósito de «La trama invisible de lo útil», de Ricardo Falla)
Una obra que puede servir de punto de encuentro reflexivo acerca de la políticas educativas, tan condicionadas ahora en este lado del Atlántico por los denominados planes de Bolonia.
El profesor Ricardo L. Falla Carrillo, de la UARM del Perú, me ha enviado su libro La trama invisible de lo útil– Reflexiones sobre conocimiento, poder y educación.
La obra resulta muy interesante pues , en la primera parte, además de ofrecer una sugerente puesta al día sobre el tema a que hace relación el subtítulo, realiza un excelente repaso de algunos pensadores peruanos de distinta condición ideológica ,mayormente desconocidos en estos lares , pudiendo destacarse, entre otros, a Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui o Víctor Haya de la Torre.
Asimismo, en una segunda parte,Falla aborda la discusión sobre la necesidad de los estudios generales en la formación superior, haciendo un cumplido repaso de la evolución de la educación universitaria en el país andino, y dando cuenta de los diversos modelos que se fueron intentado promover en momentos históricos muy diferentes . En este sentido, resulta sumamente sugerente, por ejemplo, la contraposición entre las propuestas del periodo revolucionario dirigido por el general Juan Velasco Alvarado ( 1968-1975) favoreciendo la democratización educativa, y el reformismo tecnócrata de Alberto Fujimori (1990-2000) que permitió la liberalización de los estudios superiores, pasando el Perú de tener 55 universidades a 143.
En conclusión, se puede afirmar que este libro de profesor Falla constituye un material de singular atractivo para su discusión en Europa, toda vez que aborda óptimamente la siempre vigente discusión sobre las relaciones entre el conocimiento, el poder y la educación , informa cumplidamente acerca de la evolución del pensamiento peruano al respecto y, por fin, muestra algunos episodios históricos que analógicamente pueden servir de punto de encuentro reflexivo acerca de la políticas educativas, tan condicionadas ahora en este lado del Atlántico por los denominados planes de Bolonia.
MIKEL MARTIN (in memoriam)
Mikel Martin, signo de sí mismo y de una generación que intentó abrazar todas las utopías que cobraron tanta fuerza durante la denominada Transición.
Mikel Martin Conde, uno de los fundadores de EHGAM (Euskal Herriko Gay-Les Askapen Mugimendua Movimiento de Liberación Gay-Les del País Vasco), falleció el pasado jueves, 2 de marzo.
Conocí a Mikel en 1980 , durante las jornadas de la «II Semana de Estudios Sexológicos de Euskadi » en las que también surgió la amistad con otras personas que fueron más adelante un referente de mi vida personal y profesional como Jesús Arpal, Monserrat Roig o Josep-Vicent Marqués.
Mikel era ya por entonces un referente en el Movimiento de Liberación Gay, compartiendo su activismo con la militancia en el EMK ( Movimiento Comunista de Euskadi),y la proximidad ideológica facilitó en aquella ocasión largas y matizadas discusiones muy enriquecedoras.
Mantuvimos siempre el contacto y , cuando se asentó en Bilbao, tuvimos la oportunidad de participar en actos conjuntos , como el que menciona en un artículo reciente el también colega Iñaki Urdanibia, en el Hika-Ateneo bilbaíno.
Mikel no dejó nunca de participar en el mundo político vasco, sumándose primero a ZUTIK! y posteriormente a ALTERNATIBA, fuerza que finalmente se integró en EHBildu.Y era muy frecuente verlo en actos y manifestaciones a favor de los migrantes o tratando de detener los desahucios.
En 2005 sufrió una brutal paliza a manos de varios oficiales del ejército español que le supusieron lesiones de importancia y grave duración toda vez que, al parecer ,vieron en él una representación de todo lo peor: maricón, vasco y revolucionario.
Y quizás en esta acusación, vuelta del reves, residió, ha residido la vida de Mikel Martín, signo de sí mismo y de una generación que intentó abrazar todas las utopías que cobraron tanta fuerza durante la denominada Transición, a pesar de las severas advertencias de los sucesos criminales del 3 de marzo de 1976 en Vitoria y del 8 de julio de 1978 en Pamplona…
LA HISTORIA ( según Felipe VI )
Las palabras del Rey Felipe VI en el acto de presentación del portal digital «Historia Hispánica» parecen más propias de lo que durante el franquismo se denominaba Formación del Espíritu Nacional (FEN)
En de 1987 salió a la luz el primer número de la revista La(s) Otra(s) Historia(s) ,editado por el Departamento de Historia de UNED-Bergara bajo mi coordinación, con el objetivo de favorecer una reflexión sobre los métodos y los temas de la investigacion histórica.
Entre ese primer número y el último ( 1994 ) se ofreció la oportunidad de conocer las nuevas corrientes historiográficas de la mano de especialistas como Antonio Morales Moya, Amparo Moreno,Juan Aranzádi , Isabel Testón, Carlos García Gual, Isabel Pérez-Villanueva Tovar, Antonio Campillo o Juan Madariaga, mostrando la posibilidad de abandonar la ya por entonces caduca Historia evenemencial de clara intencionalidad ideológica .
Han pasado los años, los estudios históricos se han multiplicado en cantidad y calidad, pero en ningún momento ha cesado el asalto al rigor científico por parte de los intereses políticos.
Una buena muestra de ello han sido las palabras del Rey Felipe VI en el reciente acto de presentación del portal digital «Historia Hispánica» de la Real Academia de la Historia. En ellas el monarca afirmó que «la Historia Hispánica es única en el mundo» así como que » es importante no sólo que la conozcamos, sino que sintamos el orgullo por un pasado que ha trascendido nuestras fronteras», perdiendo la oportunidad de resaltar la labor esclarecedora sobre un pasado no siempre muy halagueño y dando un pábulo impropio al españolismo más rancio que siempre ha confundido la Nación con el Estado.
Y, desde luego, si este tipo de presentaciones conculcan por la mayor los estudios de investigación histórica , todavia resultan más graves en una sede como la Real Academia de Historia, que en opinión de algunos debería desaparecer tras un episodio como el relatado, más propio de lo que durante el franquismo se denominaba Formación del Espíritu Nacional (FEN) con su carga de centralismo e imperialismo.
Pero, para que la argumentación anterior pueda comprenderse mejor, es preciso señalar también que los fenómenos replicantes que pueden producirse al efecto en naciones, regiones y autonomías de la piel de brau, no resultan menos tóxicos por supuestamente alternativos ,pues vuelven a generar una serie de grandes confusiones que ubican un particular Ser atemporal y estático por delante de la voluntad de ser dinámica ratificada por la ciudadanía.
Y a todo lo anterior conviene añadir la emergencia de novelas históricas o films etnicistas- algunos con tintes de El Señor de los Anillos – que, más allá del entretenimiento, inducen a la mixtura deliberada entre la Leyenda y la Historia, para reafirmarse en esencias que no datan, a pesar de estar muy bien datadas.
Quizás en este aspecto, como en tantos otros, el impulso hacia la apertura intelectual y ética de los años ochenta del siglo pasado, se ha refrenado entre tópicos manidos fomentando una profunda regresión ¡Qué lejos quedaron, por ejemplo, los debates que se suscitaron en torno a La(s) Otra(s) Historia(s), aquella revista que, hoy en día, resulta ya casi una pieza de arqueología!
VEROSIMILITUD (¿postmoderna?)
La contraposición entre «realidad» y «representación» supone confrontar una metafísica esencialista – la de que la representación lo es de alguna realidad y no de una verdad– que impide cualquier discusión y exige tan solo adhesión, y una propuesta de construcción social de la realidad en la que hay que admitir verdades diferentes y en algunos casos, contradictorias.
Un buen amigo me ha enviado un párrafo de una crítica sobre una obra recientemente publicada que decía : «A estas alturas de la película, no hay que obsesionarse con la verosimilitud porque los lectores de hoy en día son inconscientemente posmodernos: cuando leemos hoy una obra de ficción o vemos una serie, nuestro referente para comparar no es la realidad, sino la infinidad de obras de ficción que hemos consumido desde que éramos niños”.El párrafo se las trae porque lleva a reflexionar y mucho.
Así ,comenzando por lo de «los lectores de hoy en día son inconscientemente posmodernos», que a más de denotar un sexismo encubierto – ¿tanto costaba utilizar , por ejemplo, » quienes hoy en día leen»?- remite el postmodernismo al vínculo con las interpretaciones, cuando la predominancia de las interpretaciones sobre lo que se haya de denominar «realidad» es una propuesta moderna del siglo XIX ( del amigo Nietzsche, inter pares, concretamente), una vez destronado el guardaespaldas que legitimaba aquello de la representación como el fiel espejo de Stendhal que recorría el camino de la realidad.
Pero además, ¿incoscientemente postmodernos en unos lares en los que la modernidad ha brillado por su ausencia en casi todos los ámbitos- también en la literatura? Aquí, ciertamente se echa en falta un poco de culturilla general básica.
Y otro sí, lo del » referente para comparar no es la realidad, sino la infinidad de obras de ficción que hemos consumido desde que éramos niños”, lo cual que supone un conocimiento mínimo de la Historia de la Literatura y un autoconocimiento crítico que para sí quisieran no ya los lectores y lectoras sino cualquier de estos seres de un día que somos a decir de los filósofos griegos.
Pero , elevada la mira, más allá de la recensión mentada, lo que se propone es más fruto de una convención à la page que queda muy guay , pero que elude entrar en la cuestión de fondo porque no asume el fondo de la cuestión.
Pues es el tal que, más acá de los esquemáticos esquemas, la mera contraposición entre «realidad» y «representación» supone confrontar una metaf´ísica esencialista – la de que la representación lo es de alguna realidad y no de una verdad– que impide cualquier discusión y exige tan solo adhesión, y una propuesta de construcción social de la realidad en la que hay que admitir verdades diferentes y en algunos casos, contradictorias.
Y, desde estas consideraciones, remitir la verosimitud de un texto al postmodernismo inconsciente elaborado por las lecturas llevadas a cabo desde la infancia, resulta tan inadecuado como irritante, por mucho que se vista de la seda balsámica de lo ahora literariamente correcto…
N.B.:Ya sé que estas reflexiones pueden parecer abstrusas , abstractas y acaso demasiado teóricas . Ganas no me han faltado de darles un colorido político, colocándome casi en la posición de un spin doctor, pero, sabiendo el contexto de estos mis textos, me consta que ya se hará y cumplidamente por mis colegas bloguer@s. Por ello recomiendo para hacer pie el film Inspiración .El gran Pirandello, de Roberto Andò, ahora en exhibición, o , en su defecto, el ya histórico La rosa púrpura de El Cairo, del siempre atinado Woody Allen
LA BATALLA ( por el relato)
Parece necesario mostrar la posibilidad de la construcción social de una Memoria Democrática, alejada de cualquier «batalla por el relato» y de la repetición de tesis ya obsoletas metodológicamente por mucho que reclamen la excelencia moral.
Recientemente he compartido con Sabin Egilior un interesante diálogo con ocasión de la presentación de nuestras obras – La memoria traumática, y El hilo de Ariadna ( Nuevas aproximaciones a la razón narrativa) respectivamente – en la librería Louise Michel Liburuak de Bilbao.
Y una vez más, y entre otros ,volvió a salir la el tema de lo que se ha venido en llamar «la batalla por el relato» respecto de los acontecimientos violentos vividos durante las últimas décadas. El desencadenante de este debate fue un artículo publicado por un grupo de conocidos y reconocidos historiadores que criticaba algunas investigaciones fundamentalmente desde el punto de vista profesional , caracterizándolas de acientíficas y éticamente reprochables por intentar blanquear el terrorismo.
Dadas las características de los libros que se presentaban- el de Egilior proporcionando una metodología complementaria y eficaz para facilitar la remisión de la memoria traumática ocasionada por la violencia, el mío intentando aquilatar el vínculo entre la investigación y el relato – la cuestión resultaba muy relevante.
Y en este sentido , resulta reseñable que ambos coincidiéramos en que lo relativo a los episodios violentos no podía circunscibirse en nuestro caso a un determinado periodo cronológico – como por ejemplo, solo a a la última Guerra Civil, o a la resistencia armada del maquis, o a la acción de ETA- sino que se debería analizarlo en conjunto, con una perpectiva amplia y global.
Y también que en este punto y como se ha establecido metodológicamente en las investigaciones realizadas en otros casos- como el de la Alemania nazi o las dictaduras suramericanas- que a la luz de la Historia ( científica , por supuesto) es muy útil añadir las aportaciones de la Sociología, la Psicología, la Antropología y hasta de la Neurolog´ía, al menos si lo que se pretende es llegar a una comprensión – Verstehen, en el sentido de Max Weber – de los hechos estudiados , objetivando la subjetividad de sus actores.
Aun así, tanto Egilior como quien esto suscribe reconocimos que el tema es sumamente difícil en su tratamiento ya que a las denotaciones emocionales correspondientes se suman connotaciones políticas no menos contrapuestas.
Es de esperar , no obstante, que como ya se apuntaba en una crónica anterior, este tipo de debates, muestren la posibilidad de la construcción social de una Memoria Democrática, alejada de cualquier «batalla por el relato» y de la repetición de tesis ya obsoletas metodológicamente por mucho que reclamen la excelencia moral.
DESDE MARIATORGET ( recordando a Olof Palme)
Mariatorget- Södermalm-Stockholm
La política de estímulo de la natalidad – 480 días de permiso por cada nacimiento- es uno de los restos del Estado de Bienestar que implantó la socialdemocracia de Olof Palme, bien parapetado por una carga impositiva básica del 20 al 30% del salario y una participación electoral del 90%.
Lo que más recordaré del paseo por Södermalm, será el saludo de un niño desconocido en la plaza de Mariatorget : un saludo directo, acompañado de una gran sonrisa. Lo cierto es que hay muchos niños y niñas , las familias que se ven van acompañadas de tres o cuatro y es de suponer que esto se debe a la política de natalidad vigente, que otorga por cada nacimiento cuatrocientos ochenta días de permiso que se pueden compartir con la pareja o añadirlos a las vacaciones.
Es este uno de los restos del Estado de Bienestar que implantó la socialdemocracia de Olof Palme, bien parapetado por una carga impositiva básica del 20 al 30% del salario ( 3.000 € de media en la actualidad) y una participación electoral del 90%.
Otro de los pilares de aquel socialismo nada utópico era y es una educación gratuita en todos los niveles, sea en instituciones públicas o privadas, si bien en estas últimas la demanda se modula según las donaciones adicionales que puedan hacer las familias.
Y otro tanto ocurre con la sanidad, que está organizada según un sistema de pago mínimo por consulta que tiene un tope ( de unos 160 €) a partir del cual es gratuita. Algo muy importante porque continúa habiendo graves problemas de alcoholemia y la tasa de suicidios es elevada.
Asimismo, según me dice Mtx., parece que hay problemas de integración para la gran emigración que se aceptó en aquellos años y , de hecho, hay una cierta guetización, como en la zona de Rinkeby, y algún que otro exabrupto nacionalista de la ultraderecha.
Pero, en fin, entre tanto, los mitos vikingos , los de un pueblo que no data porque no se puede datar- así se puede constatar en el Historiska Musset -, perviven en cualquier esquina. Y también aquí ,en esta pequeña plaza, en la que un gigantesco Thor golpea sin piedad con su martillo a Jörmungander, la malvada serpiente marina.
Porque todo, alrededor, un poco más abajo, es mar, un mar de agua fría, muy fría, y acaso por ello el infierno local , Helheim, no está en llamas sino que es…¡de hielo!
Pero, por supuesto, a pesar del frío y del viento norte, todo el mundo recuerda a ABBA, lleva zapatillas deportivas y auriculares bluetooth. También por Olof Palmes gatan…
FSD ( ¿ o «ni amable ni memorable»?)
Ha muerto Fernando Sánchez Dragó y salvo excepciones los obituarios han sido mayormente desdeñosos, resaltando su vinculación final a VOX.
A lo que parece hice bien en no conocerle en las tres ocasiones en las que estuve a punto de hacerlo, pues según los abundantes testimonios no se cumplía en su caso aquello de «conoce la obra, pero no al poeta», ya que si la obra resultaba hilarante el poeta venía a ser delirante.
Aun así no puedo dejar de recordar cómo en los años ochenta ( ¡del siglo pasado!) una gran parte de la progresía – incluida la post -marxista que en realidad nunca había sido marxista – le hacía la ola reverenciando su Gárgoris y Habidis.Una historia mágica de España.
Y otro sí recuerdo una entrevista televisiva con el luego Premio Nobel Peter Handke que tuve que ver varias veces para que me resultara verosímil ,en la que FSD sacaba al escritor austriaco de sus casillas hablando de su relato Desgracia indeseada, inspirado en la muerte de su madre , preguntándole una y otra vez si creía que su madre le estaba escuchando desde algún lugar…
En fin , que vaya alboroto que se ha armado . Pero, atención, a quienes les parece que se pasará pronto hay que recordarles que el sujeto en cuestión creía en la reencarnación y que , por lo tanto , puede volver en cualquier momento y en ocasiones sucesivas.
Esperemos que en estas subsiguientes pueda ser recordado según aquella regla de don Baltasar Gracián que decía «vivo amable, muerto memorable», porque desde luego por ahora y en esta reencarnación no parece haberlo logrado…
HORIZONTES ( de patinetes no tan lejanos)
Un efecto singular y particularmente sangrante de esta horizontalidad universalizada es la igualación empírica de peatones y los denominados vehículos de movilidad personal ( VMP).
A lo largo de este cuatrimestre estoy desarrollando un curso sobre Las Nuevas Tecnologías en el que voy abordando diferentes aspectos de la transformación que está suponiendo la implementación del mundo electrónico en nuestra vida cotidiana.
En varias ocasiones he mencionado en el aula la transferencia de algunos esquemas virtuales a la vida empírica y casi siempre he puesto el ejemplo de la horizontalidad electrónica.
Pues uno de los esquemas epistemológicos más asumidos es la concepción de una horizontalidad general básica que iguala en lo social las clases sociales, en lo económico las diferentes rentas y en lo cultural las diversas maneras de explicarse el mundo – y lo inmundo – bastando para ello la posesión y utilización de un smartphone.
Pero lejos de altas alharacas teóricas, un efecto singular y particularmente sangrante de esta horizontalidad universalizada es la igualación empírica de peatones y los denominados vehículos de movilidad personal ( VMP) – mayormente patinetes – que , como ya desde hace un tiempo las bicicletas, campan a sus anchas sin distinguir paseos, parques, calles y aceras.
Y claro, lo que en lo virtual puede ser motivo de juego y de jolgorio, ha venido a convertirse en lo empírico en grave y trascendental, sobre todo tras contabilizarse más allá de sustos e incomodidades, atropellos y unas cuantas muertes.
Así que no es de extrañar que las autoridades de una gran ciudad como Paris hayan decidido prohibir los VMP de alquiler tras un referéndum ciudadano con un 92,5% a su favor.
Falta ahora saber cuánto tardarán los mandamases de las ciudades subalternas, todavía entusiasmados hasta el orgasmo con el crecimiento turístico – en nuestros lares una de las herencias inconscientes de la estructura económica del franquismo- en tomar medidas similares.
No será fácil. Porque esa horizontalidad virtual tiene también , desgraciadamente, en algunos casos , su proyección política, la de los cerebros de encefalograma…horizontal.
LAS PENSIONES (y Josep Pla y «hacerse el sueco»)
Se podría preguntar cuándo tocaría aquí salir a la calle. O hasta cuándo sería mejor hacerse el sueco…
En 1969, Josep Pla viajó por el norte de Europa haciendo una escala en Estocolmo. El escritor catalán aprovechó para hacer un sumario de sus impresiones y como tales aparecen en el volumen 39 de su Obra Completa – El viatge s´ acaba– bajo el título «Un creuer al nord d´ Europa».
Más allá de reconocer las bondades de la monarquía parlamentaria sueca y de sus instituciones democráticas, Pla aprovechó para hacer una apología del «socialismo» realmente existente en el país nórdico, algo infrecuente en su caso, toda vez que nunca dejó de ser un kulak del Ampurdán, como lo definió Monserrat Roig.
Curiosamente el argumento de aquel anarquista de derechas -según confesión íntima de Salvador Giner–a la hora de defender el régimen político sueco, fue que frente a quienes desde la oposición esgrimían los grandes dispendios que se permitía el Estado en su política educativa, sanitaria y social, la población – y el electorado- no percibía ningún desasosiego, y mayormente el general desasosiego que se suele desatar por parte de las fuerzas conservadoras con su «obsesión de la crisis intermitente» ante cualquier política progresista.
Y es que , ciertamente, qué sería del capitalismo, – «moderación racional de ese impulso irracional de la codicia ilimitada» que dijo Max Weber – sin esas sus crisis periódicas de las que no se sabe si sus apologetas son la causa o la consecuencia.
Pero, en fin, he recordado estas palabras de Pla al escuchar los dicterios solemnes en tono apocalíptico de algunas instituciones y particulares con mando en plaza acerca del despropósito económico que supuestamente va a generar la nueva legislación sobre las pensiones que se acaba de aprobar.
Y me ha resultado curioso comprobar análogamente cómo esta cuestión ha desatado la ira social en el hexágono francés. Y aún más teniendo en cuenta que allende Pirineos lo que se plantea es una prolongación de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años y que aquí se ha propuesto una progresiva hasta los 67 que ha sido aceptada pacíficamente hasta por los sindicatos mayoritarios.
Claro que quienes dirigen la protesta francesa afirman que el decretazo de Macron, diz que para combatir un supuesto déficit de 13.000 millones de euros en pocos años , no es muy coherente con la exención de impuestos a las grandes empresas por valor de 40.000 millones y la inmediata inversión en armamento por otros 100.000 millones de euros.
Se podría preguntar cuáles serían las cifras equivalentes en la pell de brau…Y también cuándo , consecuentemente, tocaría aquí salir a la calle. O hasta cuándo sería ( es) mejor hacerse el sueco…
ELECCIONES ( y funerales)
«Ya tan solo nos encontramos los días de elecciones o en los funerales» he oído nada más salir a la calle.
El barrio estaba muy animado, las terrazas repletas y las calles casi intransitables. Ni parecía domingo ni de mayo.
Al cabo hemos llegado a la escuela en la que estaba ubicado el colegio electoral. En el ascensor, a mi izquierda una señora aparentemente rubia se quejaba a otra aparentemente pelirroja sobre su prótesis de cadera . A mi derecha un señor de traje y corbata le decía a la que debía ( de) ser su hija que ya tenía que tomarse el sintrom. Una vez superado este breve episodio de «dolorismo recreativo»- según Josep Pla- hemos podido votar.
A la salida alguien me ha tocado en el hombro y me ha dado un comunicado de la Asociación Abando Habitable y Saludable : dada la crisis de la empresa constructora encargada de llenar el vacío del agujero del que he hablado en varias ocasiones, se abre la oportunidad de una permuta que permita aparejar un jardín ,desplazando la mole arquitectónica que pretendía hacer la Diócesis a un lugar más despejado y sine die.Leído el comunicado, he pensado que si como se sabe ,de sabios es rectificar, la nueva mayoría municipal incluirá esta rectificación en habiendo entre los ediles algún que otro sabio ( o sabia, of course).
La tarde ya va cayendo y la principal noticia está siendo el incremento de la abstención. Si se confirma, los votos se reorganizarán algorítmicanente y habrá sorpresas. ¿ Estaremos ante un cambio de ciclo político? ¿ Por quién «doblarán las campanas», Ernest? ¿ Habrá más elecciones? ¿ Habrá más funerales?
No lo sé, pero por si acaso he dejado en la mesilla de noche mi viejo, manoseado y subrayado ejemplar de El Gatopardo…