NEW YORK: CEMENTERIOS EN QUEENS

Cementerio de Calvary Cemetery

Repasando mis apuntes de estos días, voy  a volverme más analítico a partir de hoy, tras la síntesis de ayer que, por lo  visto, ha levantado algún sarpullido entre quienes hicieron en su momento su «ideal travel to NYC». Así, el primer tema va a ser una variación sobre  cementerios y muertos neoyorkinos.

Decía Josep Pla – en su La vida amarga–  que para conocer bien una ciudad hay que visitar su cementerio. Yo también creo que es una buena idea porque la manera de encarar la muerte suele decir mucho sobre la vida ; además me consta que en muchos packs de viajes hay una parte de lo que se podría denominar » turismo cementérico».

Yo no he hecho tal tipo de turismo , debido a la suposición de la improbabilidad de su aprobación por el convenio familiar que me regula, pero, de haberlo hecho ,habría recurrido a esa pendejada ahora tan de moda del tour en helicóptero, sólo que en vez  de sobrevolar , en metamasturbación  megafálica, el skyline tipo disneyworld de NY, hubiera solicitado una especial atención a los camposantos. Así que me he tenido que contentar con observarlos, sucesivos y apretados, en las estribaciones de Queens  gracias a los atascos – de ida y de vuelta- al aeropuerto JFK. Y ciertamente su visión  me ha conmovido más que la que se atisba desde el Top of de Rock.

Otro sí, he comprado más o menos regularmente el The  New York Times, por aquello de que soy un clásico de mí mismo y me gusta leer la prensa de los lugares que visito- y un poco la televisión. Pues bien, en este también clásico diario – que por cierto lleva casi tanta publicidad como páginas-  junto a sesudos artículos sobre la somewhere people, antiguos WASP ( White Anglo-Saxon Protestant) base del renacimiento trumpiano, hay una extensa sección necrológica en letra muy pequeña y , como no he podido dar satisfacción a mi necrofilia estética, me he dedicado a leerla , en los  sucesivos viajes en ese metro sucio, maloliente, y arbitrario que recorre las tripas neoyorkinas. Me han gustado mucho los encabezamientos siempre alegres del tipo  » en paz consigo mismo y rodeado de su familia», la longevidad general de los finados  y sus orígenes varios, pues no llegaban ni a dos de cada diez los nacidos en tierras americanas, siendo de origen europeo casi todos, y , en mi investigación documental, fundamentalmente  italianos, irlandeses y alemanes.

Lo cual que dice mucho de quiénes compran y leen ( y pagan ) el The New York Times, sobre todo si, en cerrando el periódico, se ve que va uno acompañado en el vagón del metro – a más de por su familia y algún turista- por una mayoría substancial de negros e hispanos…Pero ese es ya el tema de mañana.

 

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