RUDOLPH ( y las navidades)

¡Ah lejanos tiempos en los que los regalos navideños los traían los Reyes Magos de Oriente! ¡Aquella espera en vela durante la noche del cinco al seis de enero! ¡Los pares de zapatos bien lustrados bajo el pino y junto al belén!¡ Cómo ha cambiado todo!

En estos lares, la salida del franquismo estuvo acompañada de la irrupción ,en ocasiones conflictiva y entre corchetes, del Olentzero , ese carbonero un poco piripi que adelantaba los regalos al día veinticuatro de diciembre para mejor disfrute de muñecas y castillos, y cierta desesperación de padres y madres que mayormente debían duplicar sus gastos.

Otro sí, mientras algunos teólogos aseveraban que los Tres Reyes Magos, no eran ni tres, ni reyes, ni magos ( ¡Oh inocencia perdida!) al Olentzero se le sumó Mari Domingi, que nunca se supo si era su mujer o su novia, dado el talante un tanto arisco del sujeto en cuestión, pero que añadía la cuota femenina a los eventos navideños.

Mas desde el Norte incierto no tardó en llegar Papa Noel, tan barbado él y en trineo, acompañado de una cantinela unívoca y un tanto horterilla, ¡ ah! y de una escalera por la que trepaba a las ventanas de las casas de niños y niñas con singular agilidad, como se ha podido y se puede comprobar desde cualquier esquina.

Pero no ha quedado ahí la panoplia de personajes navideños pues recientemente, a la vista de la publicidad audiovisual, se ha sumado Rudolph. Y quién es Rudolph, te preguntarás mi querido lector ( y querida lectora, of course and next), mi semejante, mi hermano y tal. Pues Rudolph es…¡El reno-guía del carro de Papa Noel! Y ya se sabe que un vehículo similar sin tracción no es nada y nada es…Y dicen voces autorizadas que con esta incorporación se añade la cuota animalística para fervor de vegetarianos y/o veganos, pues a nadie se le ocurriría, en buena lid, comérselo con patatas.

Consignada esta última figurilla navideña – más bien figurón, a la vista de su tamaño- , como micro-sociólogo burgués en excedencia, creo que el proceso descrito debería ser motivo de reflexión sin perder un punto asaz jocoso cabe escéptico, pues no sabemos ni el día ni la hora en que descenderá sobre nosotros un nuevo personaje.

¿Proceso desacralizador, me dice usted? No tanto, que pontificaría el amigo Émile Durkheim que de esto sabía un rato largo. A la contra, de facto, puede contemplarse un video promocional navideño de los comerciantes de Aretxabaleta inspirado este año en la célebre y celebrada La vida de Brian...(O mon Dieu…seguro que alguien se rasga las vestiduras!) :eso sí que es desacralizar y además y para más inri, a contratiempo…Nada que ver con esos ojitos tan cálidos y simpaticones de Rudolph… Onki xin, oreinatxu hori!

2 respuestas a «RUDOLPH ( y las navidades)»

  1. Pronto veremos mi querido don Vicente que a Papa Noel le saldrá una acompañante llamada Ama Noela. ¡Al tiempo! Me juego un café.

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