SERIES (o,»aquí ha pasado algo»)

Otro de los efectos constatables de la pandemia del COVID-19 ha sido el retiro, total o parcial, hacia el mundo doméstico.

Así La República Independiente de Mi Casa, como publicita una conocida multinacional sueca, se ha constituido en el referente máximo de la convivencia y este espacio reprogramado ha suscitado también una reprogramación del tiempo, una y otra más o menos conflictivas por novedosas: ha sido necesario volver a pactar explícita o implícitamente los lugares de la casa y el ritmo de los quehaceres.

Aun así, y más allá de los ires y venires de quienes no se han podido sumar al trabajo a distancia, la percepción de la duración parece haberse hecho más aguda sobre todo tanto en cuanto ha sido difícil no mirar al reloj.

El resultado de esta última dinámica es que, de pronto, ha habido mucho tiempo cronológico y, salvo excepciones , esas de las que algunos y algunas se habían reclamado con anterioridad – «¡Necesitaría más tiempo para…!»- el abismo vital que se ha abierto en un a modo de un nuevo «miedo a la libertad», se ha intentado conjurar recurriendo al entretenimiento, es decir, según la RAE, en su segunda y tercera acepciones, en un «Hacer menos molesto y más llevadero algo» y » Divertir, recrear el ánimo de alguien».

Y en este punto, la recurrencia a las propuestas audiovisuales, en este mundo del «zoon elektronikón» ha sido clave: ahí está el incremento en la oferta de las plataformas como Movistar, HBO, Netflix o Prime Video que ha sido correspondido con un incremento geométrico de su demanda y utilización.

Y la oferta estrella de todas estas plataformas han sido las series, para las que , incluso en algunos casos casos, se proponen «maratones» de temporadas enteras, lo cual que ha acelerado su producción, distribución y traducción – cuando «ha habido tiempo» – degradando, por lo general, los mismos productos en la alocada carrera por sacar al mercado más y más temporadas.

Poco o nada queda ya de Los Soprano, de Homeland o de Borgen o El Ala Oeste de la Casa Blanca, por poner ejemplos fáciles y disímiles.

Y para muestra , un botón: en la segunda temporada de una serie nórdica que prometía, el primer capítulo recoge una nueva galería de personajes buenos/guapos y malos/feos…Y al poco de comenzar ,ante un cadaver ensangrentadísimo, un detective provecto afirma con contundencia: «Aquí ha pasado algo»…

Es cierto, por otro lado, que la mayoría del personal – yo mismo -sucumbe a estos traqueteos innanes y se deja caer rápidamente en brazos de Morfeo, lo cual que nos coloca en la actitud más noble de los seres humanos según decía Josep Pla.

Pero volviendo al principio, quizá no haya merecido la pena llevar estás alforjas para hacer este viaje y entonces habría que recordar también la precisamente primera acepción de entretenimiento de la RAE:» Distraer a alguien impidiéndole hacer algo»…

Hacer algo del tipo «aquí ha pasado algo»…

3 comentarios sobre «SERIES (o,»aquí ha pasado algo»)»

  1. Circula por las redes un vídeo real en el que una pareja de jóvenes mantiene su primera cita. Supongo que será parte de algún programa al uso.
    Están cenando en un restaurante elegante y se hacen preguntas mutuamente (preparadas por el concurso) para conocerse mejor.
    Una de esas preguntas es » ¿Qué personaje histórico admiras?»
    Respuesta de la chica «Personaje histórico, qué es eso?
    Respuesta del chico » A mí me gusta Torrente el de las películas».
    Espeluznante.

  2. Lo peor es cuando la vida de alguien que no se presta a ese juego se convierte en una especie de odisea, simplemente porque un periodista o periodisto, of course, que quizás ni tiene la titulación de periodismo, toma decisiones sobre quien sí y quién no en «sus dominios».

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