El anuncio es bastante convencional y por ello, en principio, no llama demasiado la atención: sobre un fondo de sombras indefinido, aparecen un hombre y una mujer embutidos en un uniforme supuestamente apetecible según nos indican sus respectivas sonrisas.
Sin embargo la iconografía que se resalta es bien diferente. Así el hombre es más alto que la mujer y muestra su virilidad por medio de una tímida barba que en ella se manifiesta, en cuanto que feminidad , con unos pequeños pendientes.
Tampoco la uniformidad es exactamente igual puesto que en el caso del varón se incorpora una marca de autoridad a cuenta de un galón de agente 1º y a ello se añade en el costado una bandera identitaria. En el caso de la mujer tan solo es evidente su condición de agente de la escala básica.
Asimismo, la figura del varón se difumina en la parte de abajo del anuncio no sin resaltar una porra o defensa que no se aprecia en el caso de la mujer aunque los dos llevan un radioteléfono, situado en una posición superior en el caso de ella.
Así, a pesar de la ecuanimidad no marcada del mensaje publicitario, parece que se quiere dejar entrever que la fuerza , la autoridad y la identidad se circunscriben mayormente al varón, ubicando a la mujer en una posición subsidiaria.
Y yo me pregunto si más alla del aspecto comunicacional del anuncio, este mensaje subliminal y claramente sexista se les habrá colado , por las prisas o la falta de formación, a los profesionales que lo han pergeñado y sobre todo a las autoridades politicas que lo han encargado…
¿ Alguien sabe de qué anuncio estoy hablando?
¡Hombre don Vicente, en qué cosas se fija usted! Yo sólo me he fijado en que ella es muy guapa.
Ya sabe usted, don Antonio, mirada de sociólogo…