Me dirijo a la localidad soriana de Berlanga del Duero donde el Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE) ha organizado un seminario sobre «Los espacios, lo sagrado y la transmisión».
Acudo encantado porque me apetece mucho conocer este centro, dirigido por el profesor Agustín Escolano, y también porque supone la oportunidad de un encuentro con colegas de larga duración , como J. A. Roche o Josetxo Beriain.
El tema – en el sentido etimológico de «insistencia»- de lo sagrado es una constante antropológica , pues todo viene a indicar que el ser humano es «profundamente significamentoso (obsesionado por representaciones, significaciones y claves profundas y herméticas como únicas razones determinantes de su conducta y bienestar) y por ello mismo incapaz de experimentar fenómenos sin asignarles un Sentido y un sublime alcance metafísico”, como afirmaban los hermanos Castro Nogueira en un libro inaugural y provocador, titulado Quién teme a la naturaleza humana?
Pero para quienes hacen las cuentas filosoficas, históricas o sociológicas demasiado rápidas, este fenómeno de lo sagrado, tan vinculado operativamente a lo religioso,ya fue matizado por Émile Durkheim a principios del siglo pasado, indicando que las religiones tradicionales se desdoblarían funcionalmente en religiones civiles, en su momento el nacionalismo y el socialismo, al que quizás habría que añadir desde hace un tiempo también…el deporte…
Aun así estas transformaciones no cesan y acaso el último desdoblamiento haya sido el materializado a través de la revolución electrónica que tanto se ha potenciado durante la pandemia del COVID-19 por medio de la proliferación de terminales smart, así como por el asentamiento de softwares tipo Zoom, Facebook, Twitter, Whatsapp ,Tik-Tok y otros similares.
Y por ello, mi intervención en este seminario lleva por título «Internet: ¿ un espacio-tiempo sagrado?», esperando que se comprenda al cabo esta aparentemente insólita combinación que puede ser un nuevo ámbito de lo sagrado, hoy en día…