RE POLITICA ( de)

Pintan bastos y se extiende, como un humo oscuro y desasosegante, la sensación de la imposibilidad de La Política. Al menos de la política en el sentido gran-político o macro-político, ese sentido que , al cabo , ha terminado por ser una amalgama de neo-profetismo y cálculo estadístico del reparto de la muerte y los impuestos.
Decía el filósofo Michel Foucault en su ya casi olvidado El poder y la norma que «ni el control, ni la destrucción del Aparato del Estado resultan suficientes para la desaparición o transformación de un determinado tipo de poder», y de ello ya ha habido suficientes pruebas al calor de los últimos acontecimientos del tardo-capitalismo iliberal
Pues La Política, en el sentido antes expuesto y en el que se entiende habitualmente , continúa pretendiendo controlar el Aparato del Estado ( ¿ para mejorarlo? ) , o destruirlo ( ¿ para construir otro menos destruible? ) . Y gran parte de la sociedad civil asiste estupefacta a este espectáculo en el que únicamente puede participar cada cuatro o cinco años y según un régimen de codificadas acciones que mayormente y por desgracia, se legitiman en sí y a sí mismas.
Observar atentamente este proceso-espectáculo por lo demás ya tan profesionalizado – y aun suponiendo la buena fe de algunos y algunas de sus protagonistas- hace derivar después la mirada hacia esa sociedad civil abotargada, cansada y , muchas veces , harta.
Y el trabajo, si es que hay algún trabajo que hacer , parece que debería iniciarse desde ella misma y acaso en las antípodas de toda dimensión macro-política. Quizás haya que comenzar por hablar y reconocerse, acordando el sentido de las palabras. Y luego volver a reconocerse en la confluencia explícita de valores. Y después rescatar en la vida cotidiana esos valores multiplicando las referencias más allá de lo interpersonal, a través de la literatura, el cine y el arte. Y acaso, comenzar a vivir de otra manera.
Solo así, quizás, tenga algún día sentido volver a hablar de política , y de aquel zoon politikón que ,según Aristóteles, como ser social no es ni un gran dios omnipotente ni un mero animal instintivo…
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GLOSAK/GLOSAR EL MUNDO (Tere Irastortza)

En el precioso salón de la Biblioteca Bidebarrieta Kulturgunea de Bilbao, viene celebrándose desde el pasado 14 de marzo el Festival Bilbao-Poesía.
Ayer le tocó el turno a Tere Irastortza Garmendia, amie l’épreuve des années, con quien he compartido largas conversaciones, intercambios de escrituras varias, detenidas traducciones, así como el desarrollo de un gran proyecto, la IDAZLE ESKOLA de la UNED de Bergara, que tras veinte años de andadura ha impulsado a una nueva generación de escritores y escritoras en euskera.
Galardonada con numerosos premios ( entre ellos los Premios de la Crítica en 1981 y 2003) su amplia obra poética ha sido antologizada recientemente en GLOSAK – GLOSAR EL MUNDO ( 2024) en versión bilingüe de euskera y castellano, en edición de Lola Andrés.
Este libro sirvió de guía en el acto de ayer , y aportó además algunos originales recientes , entre los que luego, en una reposada lectura, percibí de nuevo el deslumbre trascendente de sus palabras, por ejemplo, en el poema titulado Zortzikoaz / Sobre el zortziko:
«Denetik sortzen da ez dena/ eta ez dakigunagatik idazten dut, oraindik»
«Y como lo inexistente que surge de cuanto es/ continúo escribiendo, por todo lo que no sabemos»
Fue el de ayer un muy grato encuentro personal, pero también una nueva constatación de que todavía hay alguien que puede responder a aquella vieja pregunta que planteaba Paul Valery: «Poeta, además de lo que has querido decir ¿qué has querido hacer»?
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BENITO DEL BARRIO (in memoriam)

En la vieja foto, en blanco y negro, aparece sentado en un pretil charlando distendidamente con varios compañeros de viaje. Era 1974 y estábamos en Paris. Entre largos paseos, detenidas visitas a librerías y la asistencia emocionada a algunos mítines de la oposición anti-franquista, la capital francesa era una fiesta permanente de libertad.
Aun así, las discusiones eran en ocasiones extremas, pues entre nosotros y quienes nos alojaban había consejistas, pro-chinos, trotskistas, y algún que otro refugiado de la izquierda abertzale. Una buena muestra , en fin, de la variedad de sujetos políticos – tan hábilmente descritos por Joseba Zulaika en su Aberriaren inpaseak– que nos conformaron a algunos y algunas durante el tardo-franquismo, sumando a nuestra educación general básica cristiana la «caja de herramientas» (Foucault) del marxismo. Como en varias ocasiones señaló Manuel Vázquez Montalbán, probablemente éramos simplemente anti-fascistas aunque nos pensábamos revolucionarios, y en este punto Benito no dejaba nunca de descartarse, de apurar los debates más allá de lo previsible.
Cuando más tarde asistimos a lo que se ha denominado La Transición, Benito continuó en la misma tónica, combinando sus intervenciones críticas con generosas muestras de una atención personal y personalizada – pues también era muy hábil manualmente .
Fueron pasando los años y cada cierto tiempo me llegaban noticias suyas, de índole más personal, y vinculadas a quehaceres y visitas en su refugio de Zozaia. La última vez que nos vimos fue en la despedida de mi querida amiga Silvia Fernández Viguera- una de las fundadoras del activo Centro de Documentación- Biblioteca de Mujeres de IPES-Navarra-. Me comentó que estaba escribiendo sus memorias y yo le animé a que siguiera, ofreciéndome como lector inter pares si lo consideraba necesario.
No sé, en fin, si Benito habrá dejado algo escrito, pero, sin duda en mi caso y ,creo, en la memoria de quienes le conocimos, ha dejado un poso último de espíritu crítico, tan necesario en la actualidad, así como un ejemplo de generosidad personal que proyecta un modelo de solidaridad no menos necesaria en estos tiempos de extremo narcisismo ambiental…
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HIJAS DEL MIEDO

«Los dos Colegios agrupan a profesionales que tienen un vínculo especial con las palabras».
Esta fue, desde mi punto de vista, la frase clave de la primera parte de la presentación de Hijas del miedo, una obra que recoge diecinueve narraciones escritas por varias juezas que se enfrentan cotidianamente a casos de violencia machista y que se presentó ayer por la tarde en el Colegio de la Abogacía de Bizkaia ( representado por Silvia Gutierrez Vallejo ) en colaboración con el Colegio Vasco de Periodistas ( de la mano de Amaia Goikoetxea).
Las intervenciones que se sucedieron a continuación destacaron varios aspectos de esta labor. Así, Cristina Meré, jueza de la Línea de la Concepción (Cádiz) y una de las autoras del libro señaló la doble dimensión catártica y documental de la obra. Por su parte, la magistrada Julia Sauri insistió en la marca personal y profesional que implica la instrucción de este tipo de casos.
Posteriormente, en el debate moderado por la periodista Andrea Cimadevilla, fueron apareciendo varios temas relacionados destacando la relevancia del respeto hacia la víctima, en ocasiones no muy consciente de su condición, así como la labor educativa siempre pendiente y tanto más en un entorno social articulado en las redes sociales que muestran a veces como normalizadas conductas psicopatológicas muy graves.
En el turno de preguntas, el ex-diputado Emilio Olabarría reclamó una revisión legislativa sobre todo en relación a la actualmente vigente sobre los delitos cometidos por menores y dejando caer que sería interesante debatir sobre los recursos jurídicos disponibles – y entre ellos la famosa Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como «ley del solo sí es sí» – aunque acaso no era la mejor ocasión para ello.
Por su parte, y entre otras intervenciones, la decana del Colegio de Periodistas Amaia Goikoetxea se preguntó qué podían hacer los medios de comunicación para contribuir a luchar contra la lacra de la violencia machista…Y tras varias matizaciones acerca de lo documentable y lo publicable, se hizo un hincapié particular en el adecuado empleo del lenguaje, siendo un buen ejemplo concreto el desplazamiento del culposo y pasivo «ha sido violada» por el culpable y activo «fue violada».
De manera que la conclusión del acto coincidió de alguna manera con su comienzo, ya que más allá y más acá de la cruel empiria criminal, relatos, leyes, sentencias, crónicas y materiales educativos suponen poner en marcha ese vínculo especial con las palabras, ese capacidad del ser humano que puede moderar lo instintivo sobre todo cuando linda con lo patológico individual o social.
(c) by Vicente Huici Urmeneta
