Del Nervión al Deba pasando por el Yang- Tsé

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Cada dos o tres días- y por motivos profesionales-  alterno mi largo paseo de  Abandoibarra por otro más corto, recorriendo la orilla  derecha del  Deba en su tramo de Bergara.

El Deba es un río breve y bravío y a mí me gusta  seguirlo ya por la noche, a paso lento, entrecerrando los ojos para escuchar mejor sus aguas fluyendo entre las piedras.

Siempre me han gustado los ríos. En mi infancia, el Arga me parecía ya enorme contemplado desde la huerta del abuelo Vicente a su paso por la Rochapea. Y tanto más cuando, abierta la presa de Eugui, se desbordaba y  toda la familia  nos dedicábamos a  levantar sacos de semillas para evitar que germinaran. Más tarde, en la adolescencia, el Ebro, a la altura de Tudela, fue testigo de mis incipientes y primeras verguenzas, toda vez que, en fiestas, nos bañabamos desnudos con las amigas de la cuadrilla.

El río más frío en el que me he bañado ha sido el Miño en su desembocadura al pie del Castro de Santa Trega- de pocas me tienen que sacar en parihuelas; y el más cálido, el Tajo  en su desembocadura lisboeta. El más ancho , el Yang-Tsé a su paso por Wuhan, en la provincia china de Hubei y el más estrecho, el Urederra a unos metros de su nacimiento al otro lado de la sierra navarra de Urbasa.

Los ríos tienen, creo yo, el encanto del agua que fluye, y generan un cierto sentimiento leve de verticalidad ,muy diferente a la mar que en su ir y venir enmarca siempre un horizonte que , como su propio nombre indica, es horizontal. De hecho,  el antropólogo Paul-Lévy afirmó en su momento que precisamente la perspectiva marítima que siempre tuvieron los griegos en la antiguedad generó no sólo una vocación colonizadora y mercantil sino también, en el mundo intelectual,  una nueva concepción del espacio abstracta y continua, homogénea y vacía y con pretensión de universalidad ( como casi todo lo que pensaron, por cierto.

En fin , que a mí , seduciéndome mucho el mar ( y marinero que he sido), cada vez me atraen más los ríos, desde los más grandes  hasta los más pequeños…

Y tú , querido lector, querida lectora,.. ¿Tienes también «tu río» ?

 

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